martes, 28 de julio de 2009

Buona Sera

Pues eso, escribo desde un ciber en Roma, donde una confusion con el hotel ha hecho que tenga que esperar...

Mi paseo por Italia me ha llevado desde Milan, por Venecia, Verona, Florencia, Pisa, Lucca, Siena, San Gimignano y ahora Roma, en apenas 8 dias. Cansado estoy, pero aun quedan 4 dias por disfrutar, asique... Ciao!

(No se poner tildes en el teclado italiano, scusiamo).

sábado, 18 de julio de 2009

La sonrisa de Dasha (II)

Viene de...

"No siempre es fácil sonreír, querida mía". Me miró con sus grandes ojos negros, increíbles, con una profundidad que asustaría a cualquier adulto, yo aparté la mirada. "Quiero a esta niña", pensé. "Venga, a dormir, pequeña", dije.

Agarró mi mano con su manita frágil y delicada y sin mediar palabra, me convenció para que la acompañara. Siempre ha sido una cría decidida, ya de bebé agarraba con fuerza y era constante y empeñada en sus deseos. El carácter de su madre va dentro de ella, aunque una dulzura especial casi mágica la acompaña a cada paso, como una aureola que sin explicación alguna se hubiera posado sobre ella, protegiéndola, formando un dúo maravilloso. Nunca pensé que admiraría de tal manera a mi hija, Dasha, esa niña que revolucionó con su llegada mi relación con una Lyuda, que por entonces no tenía en la cabeza -yo tampoco- la creación de descendencia. Mas que grande es mi arrepentimiento por pensar entonces que un hijo no era lo que daría alas a mi vida, gracias a Dasha mi felicidad será eterna, mi sonrisa será perenne en los tiempos.

"Papi", su voz me acarició la cara como una tibia brisa de primavera, yo la miré. "No será fácil, pero siempre hay que intentarlo." Sonreí.


Continuará...

miércoles, 15 de julio de 2009

miércoles, 8 de julio de 2009

La sonrisa de Dasha (I)

El calor de la tarde abrasa, y sólo un resguardo a la sombra es capaz de atenuar el infierno del Sol que cae a plomo sobre la estepa, hoy. Debería haberme traído a Dasha conmigo, ella siempre me ayuda a soportar mejor cualquier condición externa. ¡Qué niña! Mañana la agarraré de las manos de su madre y seguro que encantada me acompañará en mi paseo.

Los maniquíes de los almacenes me miran con mal semblante, triste, asustado. Es verdad que algo de miedo hay, se palpa que la situación no es agradable, pero bueno, hay que seguir viviendo. Digo yo que malos vientos soplan en todas partes, pero siempre pasan. No hay que rendirse tan fácilmente. Jeje, Lyuda siempre critica mi sonrisa facilona, mi manera positiva de ver las cosas: "no eres un buen ruso, Mihail, deja de ver las cosas como un chiquillo", me dice, haciéndose la ofendida. Yo no contesto nunca, la dejo hablar; me quiere y cree que en estos tiempos, mi forma de vivir la vida no es la que corresponde, "algún día te van a coger quien tú ya sabes con esa sonrisa tuya, y verás, Misha, verás", añade después. Dasha me mira siempre pícara en momentos como ese, es mi cómplice, adora a su madre, pero me entiende aunque no interviene para no ofender a Lyuda.

Anoche, sin ir más lejos, cuando su madre dormitaba en la silla después de cenar, se acercó a mi y tapando su voz con las manos, me susurró al oído, "a mi me gusta mucho que sonrías papá, yo también quiero sonreír siempre".

Continuará...