En Italia es así, y no sólo llevan a Roma, llevan a toda clase de maravillas. Cualquier callejuela, por oscura, estrecha, poco transitada y retirada que parezca, te puede sorprender con un vasto palacio, una pequeña iglesia, un museo, una cálida trattoria y un largo etcétera inacabable, tanto como la belleza de las ciudades que he podido conocer.
tengo yo una relación un tanto extraña con italia...no sé si quererla u odiarla...supongo q un poco de las dos cosas, no? qué bueno q regresaste! (a pesar de todo) Ciao!
ostia, eso me llamo mucho la atencion en venecia ^^
ResponderEliminarTio, a ver si nos vemos no?
Buenas!
ResponderEliminarVeo que si, que en Italia las señales las ponen por adornar porque a todos lados se va a todos sitios.
Por cierto, soy Leghos, pero renovado, me voy a dedicar al blog pero de una manera más profesional, porque estoy en una época que me apetece más así.
Siento mi retiro espiritual con el otro blog, pero ha sido época de muchos cambios.
un saludo,
Leghos
Gracias por reaparecer!
ResponderEliminarItalia..pasta, pizza, mafia...genial.
un abrazo
Me quedo con las trattorias, ajjajajaj. He estado en Italia, pero no he tenido el placer de visitar Venecia ( craso error por mi parte). Me enmendaré.
ResponderEliminarEstoy harta de que lo más lejor que haya ido ha sido a mallorca con el colegio. Basta ya.
ResponderEliminar*****buscando uno de esos billetes mágicos que por un puñado de monedas te llevan lejos. Lejos.
tengo yo una relación un tanto extraña con italia...no sé si quererla u odiarla...supongo q un poco de las dos cosas, no? qué bueno q regresaste! (a pesar de todo) Ciao!
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