-¡Rudolph! Búscame en las Páginas Amarillas dónde viven los Magos de los cojones.
-¡Enseguida Papino!
-Te he dicho cienes y cienes de veces que no me hables así, ¡reno capullo!
-Disculpe Papino... digo, señor.
-Nosé que hago que no te he mandado a pastar a un desierto, inútil. Búscame eso, no tardes.
Mientras Rudolph hace pucheros, Papa Noel se termina de liar un porro de marihuana, que enciende mientras achina los ojos para enfocar el mechero y poder encenderlo. La primera calada contiene un chinote que hace que carraspeé violentamente y se golpeé el pecho.
-Que cojonudo se pilla en Alcorcón...
Se desabrocha los botones blancos de su chaqueta roja y se recuesta en su sillón de terciopelo rojo, que está desgastado por el uso, además de estar agujereado por la ceniza, y con manchas rojas por el vino, y blancas por el... En fin, que es un sillón bastante viejo y usado. Cuando el cansancio de su única noche de trabajo en todo el año empieza a hacer mella, Papa Noel va cerrando los ojos poco a poco, mientras da inmensas bocanadas a su porrito, que está prácticamente consumido en pocos minutos. Rudolph interrumpe la relajación de su jefe a golpe de taconear el suelo.
-¡Papino, Papino! Encontré la dirección, ¡la encontré!
-Me quieres dejar descansar ahora un rato, ¡malparido aborto!
Rudolph se queda quieto y tuerce el morro, mientras sus ojos vuelven a inundarse de lágrimas. Papa Noel de repente abre mucho los ojos, pensando unos instantes y mirando a Rudolph fijamente.
-Rudolph...
-¿Papino?
-Rudolph...
-¿Si, Papino?
-Mmmm...
-Papino, ¿qué ocurre?
-Encontraste la dirección...
-¿De quién Papino?
-¡Jóder! Pareces mi abuela, ¿tienes alzheimer o qué? ¿Qué te mandé buscar y dices que has encontrado?
Rudolph sonríe dejando ver su podrida boca, donde apenas quedan dientes, y sus encías están negras como una noche sin Luna. Se le ilumina la mirada.
-¡Siiiiii! Encontré eso, es verdad, Papino.
-Bien, bien.
-¿Qué quiere que haga con la dirección Papino?
-Quiero que la apuntes y que vayamos ahora mismo hacia allí.
Papa Noel camina al baño y cuando llega a la altura de Rudolph, le pega una fuerte colleja detrás de las orejas.
-Y como vuelvas a llamarme Papino te saco los ojos y te los meto en el culo, ¿entiendes?
-Perdón, señor. -Rudolph agacha la cabeza lloroso, de nuevo.
-Cuando salga del baño, más te vale estar preparado para salir.
-Si, Pap... Jefe.
Papa Noel se encierra en el baño, y mientras suena un sonoro pedo, se escucha una larga risotada. Siempre se ilusiona con viajar fuera de temporada.
Continuará...
jejejej a ver como acaba esto que tiene buena pinta
ResponderEliminarclaro que se pilla bien el Alcorcon jajaj
un saludo brother
uy... mis ilusiones y mis creencias sobre "papino" tan buenito.. todas muertas bajo tierra.. sos malo, muy malo! jaja, beso, Vero.
ResponderEliminarJAJAJAJAJ
ResponderEliminarSabia que venia a pillar a mi ciudad natal gente de todo madrid, pero desde Laponia??
Te está afectando esto del blog y de codearte con Fag y Vanity (como veras, yo me sacudo el muerto)
jajajajajajaja
ResponderEliminarEl gordo los cojones! xDD
Muas!
Yo estoy dudando si el q se fuma el porro es Papito u otro ser...jaja mu bueno a ver qué pasará, ¿lucha mortal entre los reyes magos y santa?? interesante!
ResponderEliminarJajaja buen comienzo de historia. A ver cuánto tarda en cometerse el primer crimen espeluznante.
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