Lamiendo tu lengua.
Besando tus labios.
Mordiendo tus dientes.
Luchando de igual a igual,
pasiones comunes,
destinos marcados
con señales idénticas.
Era inevitable el encuentro,
buscada la primera flecha,
impredecible el resultado.
Ninguna noche saciado,
siempre me queda sed,
la gula crece en los pechos,
sin control
tampoco queremos que pare,
el ansía nos ha traído aquí.
Un ansia voraz,
feliz,
cegadora,
despreocupada,
¿Qué más pedir?
Seguir teniendo sed,
seguir escuchando el rugir
de un hambre mortal
-de necesidad-,
seguir esquivando las piedras
que surgen
en el largo camino,
que hay que recorrer.
Un camino,
sin una meta,
sin un final,
sin un destino.
Camino,
donde fácil es,
sin pararse a pensar,
no darse cuenta,
que a donde caminas
es hacia atrás.
Qué te pasa Papino? te noto melancólico últimamente, me gusta lo q escribiste de verdad, muy bueno.
ResponderEliminardificil no olvidarse de esa sed, pero si lo consigues la felicidad está a un paso
ResponderEliminarEl final me ha encantado machote.
P.D estoy un poco afincado en alcorcon por las pelas y la falta de bono, por eso no fui a la taverna. Pero en enero podre ir hacia madrid, Y si no, pues quedamos por el "extraradio"
xD
QUe no es lo mismo sed, que sequía:)
ResponderEliminarSed de limón... de cimbrearse con las espadañas.
Muas!
Esta entrada genial, y la de ayer mortal, jajaja.
ResponderEliminarComo van las fiestas? espero que bien! un besote!
mmm... es muy de pecados capitales, me gustò muuuucho!!! "la gula crece en los pechos" wow! resalto eso, ese pequeño fragmento.. cuanto trasnmite! quizàs yo, mujer, ubicaria la gula en otro lugar... pero espectacular!!! arriba Isra poeta, me gusta cuando escribis en verso! Beso, Vero.
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