Relatos por capítulos

sábado, 28 de febrero de 2009

Tres Colores (Azul, Blanco y Rojo) de Krzysztof Kieslowski

Azul, blanco y rojo: los tres colores de la bandera francesa. Representan la libertad, la igualdad y la fraternidad. Tres valores que Kieslowski utilizó para realizar una de las mejores trilogías cinematográficas que se puedan ver.

Azul, Blanco y Rojo, las tres películas que en 1992, 1993 y 1994 pusieron al director polaco en la vanguardia del cine europeo contemporáneo, situándole donde ya merecía estar tras su Decálogo (10 episodios de una serie sobre los Diez Mandamientos) y otras obras como No Matarás o La doble vida de Verónica. Se valió, además, de tres parejas de actores que rindieron al mejor nivel de sus carreras: Juliette Binoche y Benoît Regent en Azul, Zbigniew Zamachowski y Julie Delpy en Blanco y Jean-Louis Trintignant con Irène Jacob en Rojo. Y como no mencionarlo, una música memorable compuesta por Zbigniew Preisner, que saltó a la fama con estas bandas sonoras que son de lo mejor que se ha escuchado en el cine europeo también (lo que suena en el blog es el tema principal de Azul).

Azul es un bello y lento film, un poema -cinematográfico- recitado por una bellísima Juliette Binoche, que pone rostro, carácter y fuerza a un personaje que acaba de perder a su familia y rompe con lo que le queda de su vida anterior, para liberarse de todas las ataduras y empezar de nuevo. Con una técnica finísima, y unos planos siempre buenos, Kieslowski nos desgrana el dolor y las sensaciones del personaje de una manera triste y la vez esperanzadora, todo ello unido a una fotografía y un manejo de los colores y la luz brutal, donde el azul lo inunda todo y donde los silencios dominan un clima plagado de detalles, intimista, donde la percepción debe agudizarse para encontrar todo lo que la película nos ofrece.

Blanco es la más suave y fácil de ver, ya que es la más "cómica" de las tres, si es que por cómico se puede entender el humor negro y casi cruel que destila. Tiene varios puntos de enlace con Azul, bastante bien engarzados por cierto, y representa el blanco de la igualdad, aunque en este caso un blanco negro, ya que habla de la igualdad mal entendida, de la igualdad para ejercer el mal sobre el otro. Un curioso personaje impotente que enamorado de su mujer, esta le abandona por sus problemas, y él ha de volver a su país natal para renacer, a la vez que prepara un maquiavélico plan de venganza. Filmada con una sobriedad y una capacidad técnica envidiable, contiene escenas para recordar, pero es la más flojita de las tres, aunque aun así es digna de ver.

Rojo, un final de trilogía gigante, a un nivel que ralla a una altura inalcanzable, de las mejores películas europeas de los 90. Fue el testamento que nos dejó Kieslowski, fallecido poco tiempo después, en el clímax de su carrera, en el punto máximo de la profesión. Una joven estudiante y modelo atropella al perro de un juez jubilado un tanto peculiar, a partir de ahí se crea una relación aun más peculiar si cabe. Pequeños detalles que se dejan inacabados en las otras dos entregas, se cierran en este magnífico colofón (esa ancianita que recicla... ¡Dios!), se incorporan en ligeras dosis a los personajes de las otras dos películas, un toque de esperanza, una pincelada de ilusión para la vida. El rojo impregna carteles publicitarios, ropas y bares en esta entrega purificadora, con unos personajes que hacen que te enamores de ellos, con una sensibilidad en cada frase que pronuncian que te obligan a escucharles atontado, con un final que te hará sonreír con lágrimas en los ojos.

Gracias Krzysztof Kieslowski, por dejar esta herencia.

10 comentarios:

  1. Bien q te acuerdes de la trilogía más destacada del cine europeo. Un aplauso a Kieslowski y otro para ti, para q no caiga en el olvido y por lo bien que endulzas las sinopsis!

    ResponderEliminar
  2. Ni idea de esta trilogia que comentas (soy un analfabeto cinematografico jaja) pero leyendo este post, me lo apunto para verlo.
    Si es igual de buena que la banda sonora debe estar guay.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Yo he visto sólo Azul, y la verdad es me gustó muchísimo.
    Tengo pendiente las otras dos.

    un besito

    ResponderEliminar
  4. Digo lo mismo que The Killer, soy una auténtica analfabeta cinematográfica...

    Muas!

    ResponderEliminar
  5. Tengo ganas de ver la trilogía, pero tengo un pequeño drama personal. Tengo las películas en VHS pero no tengo vídeo! Me las ha recomendado mi hermano, y teniendo gustos parecidos tienen todas las papeletas para gustarme.

    ResponderEliminar
  6. A mí me queda Azul por ver. Me parecen películas honestas y con mucha miga. Cine de verdad. Muy buena reseña. Un saludo

    ResponderEliminar
  7. si sabes pronunciar correctamente el nombre de kieslowski e introducirlo en una conversacion sin que te miren raro, de repente de daras cuenta de que estas rodeado d modernillos-pedantes-residentes-en-el-circulo-de-BBAA

    ResponderEliminar
  8. ¿Hay un mensaje final, en conjunto, de las tres películas? A parte de que tienen que ver con los colores de la bandera francesa y el significado que tiene cada color ¿Qué mensaje nos transmiten como conjunto?

    ResponderEliminar
  9. Yo las he visto las tres, varias veces, hace unos años.
    La que más me gusta con diferencia, es la de Rojo. Irene Jakob inmensa. La música, mejor la de Blanco,sobre todo el Tango. Recuerdo escucharlo a todas horas, y es la más divertida,aunque esta no es la palabra... y la de Azul es la que más lenta se me hizo...
    Y no estoy de acuerdo en que por ver estas pelis se sea un Pedante modernillo, depende el estado de ánimo que tengas, eso ves. Otro día me puede apetecer Cuatro Bodas y un Funeral...

    ResponderEliminar
  10. A mi me parece que es malisima esta trilogía son películas muy lentas y dan mucho sueñooo.. hay mejores....

    ResponderEliminar

Opina, critica, aporta.