Relatos por capítulos

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sin nombre (III)

Sin nombre (I)
Sin nombre (II)

Cada vez más cargado, el aire se va viciando con el humo y el alcohol presentes. Una tropa de perdedores y fracasados, solos todos, bebemos y fumamos sin parar, sin mirar el reloj. El antro, con un camarero que bebe y fuma también, es apestoso y oscuro, y las caras, tristes y apagadas, consumen los minutos al mismo ritmo que los cigarrillos. Nadie espera en casa a quienes estamos aquí y nadie se preocupará si no volvemos.

Los cristales estaban tintados, y no se veía la calle, pero tampoco importaba, ninguno miraríamos fuera. Quizá estén así para que nadie de fuera pueda ver los que estamos dentro, fumándonos la vida y bebiendonos lo que nos queda en el corazón. Pocas palabras son las que se pueden escuchar cada noche, quizá un "ponme otro", un "que te debo", y muchos "apuntalo en mi cuenta". A veces ni eso, simplemente se mueve el vaso en la barra haciendo un leve gesto, se deja el dinero, o te vas, sin más. Somos fieles y cada noche volvemos, con lo que las confianzas, a pesar de las pocas palabras, sirven de algo.

He terminado mi segundo whisky, y noto el calor en las sienes. Hoy ha sido un día como vienen siendo hace meses, sin nada que señalar. No estoy demasiado triste, y seguramente sea de los que mejor ánimo tengan en el local. Rompiendo el silencio, miro al camarero:

-Ponme otro. -el camarero me mira, y agarra la botella. -Doble, por favor.

Llena el vaso y cierra la botella, dejándola en su sitio.

-¿Cómo te va? -le pregunto. Me mira descolocado y guiñando un poco los ojos.
-¿Qué te pasa?
-Nada.
-¡Ah! Pues contando que aquí la mitad tiene notas desde hace meses, demasiado bien.
-Bueno, yo pago cada noche.
-No lo decía por ti.
-Entonces, ¿qué preguntas? -está irritado.
-Que, ¿cómo te va?
-¿Qué quieres saber? ¿Qué más te da?
-Te veo cada noche, era por preguntar.
-Pues ni mejor ni peor que a ti, o que a todos estos, porque seguimos aquí cada noche.
-Uno detrás de la barra y todos los demás delante.
-¿Te estás burlando?
-No.
-Más vale.
-No quiero molestar.
-Pues no lo hagas, tú has pedido un whisky y yo te lo he puesto, te lo has bebido y pediste otro, ahora uno doble y te lo pongo. ¿Qué cojones te importa cómo me va?
-Ya veo, ya.
-Eso espero.
-No pregunto más.
-Eso espero. Si necesitas hablar, al teléfono de la esperanza. Aquí no, no conmigo.

Asiento con la cabeza mirando mi whisky, mientras el camarero coge contrariado su cigarro del cenicero, que se ha consumido. Se enciende otro rápidamente, y noto que masculla algo.:

-Gilipollas de mierda.

Me levanto del taburete y me dirijo a la puerta mientras enciendo un pitillo con una cerilla que he encontrado en el bolsillo.

-¿Hoy no pagas? -me grita el camarero.
-Apúntalo en mi cuenta esta vez.

5 comentarios:

  1. Tres cosas

    1-Gran final
    2-Que grande la cancion de quantic, me recuerda a nustro grupo de video xDDDDD. Es la mejor que tienen
    3- Que se joda el tio de nury, pero nosotros quedamos antes de que me vaya Capicce?
    XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    ResponderEliminar
  2. me encanta!!
    oye!! No nos vas a enseñar ninguna foto del viajee?? Que me muero de ganas de ver lo de las luces y esoss y tener un poco más de envidida!

    ResponderEliminar
  3. Gran final, creo que puedo sentir el ambiente.
    Me ha venido a la cabeza "tras la barra del bar, una vida se va..."

    Muas!

    ResponderEliminar
  4. Me encanta el ambientillo que le das, se puede ver hasta las manchas de grasa que tiene q llevar el camarero de compañeras diarias. Vamos a tener q pagar por los relatos, de momento, apúntame éste. lue te lo pago! ;P

    ResponderEliminar

Opina, critica, aporta.