domingo, 24 de marzo de 2013

Hopeless Wanderer

"So when your hope's on fire
But you know your desire
Don't hold a glass over the flame
Don't let your heart grow cold
I will call you by name
I will share your road"

miércoles, 13 de marzo de 2013

Resaca

La fractura temporal que asola la mente cuando se pierde la ilusión es como un macabro juego a la elección de la peor parte de nosotros mismos. Un mordisco que oscurece aun más las sombras y opaca los cristales de la realidad hasta convertirlos en meros muros donde golpear la cabeza una y otra vez, una y otra vez hasta abrir brechas más grandes que las lágrimas derramadas. No queda más que reclamar la llegada de un suspiro que te traslade aun por una décima de segundo al resquicio de tu corazón aun sano, tierno y poderoso como para enviar sangre a ese cerebro que se oxida sin remedio ante la inútil rutina y la inercia más brumosa. Fuimos un cuento breve que leeré mil veces mil, repasaré todas esas palabras que un día fueron el espejo de una realidad que de imposible me desgarró la vida, esa mirada que de penetrarme me inyectó el veneno más dulce y más amargo, esos labios que fueron los más amados y ahora son imanes poderosos que me saben a vacío y a precipicio, repasaré el corazón lastimado por un huracán que llegó revolvió y se marchó dejando un desorden integral que con el tiempo está perdiendo la cordura, apuraré cada vaso vacío que encuentro al despertar entre infames despertares nauseabundos con la cabeza al borde del estallido, buscaré sobre todo un lugar donde la fractura temporal se difumine y desde donde reclamar esa décima de segundo que alivie el sórdido dolor de esta resaca sin fin.

martes, 5 de marzo de 2013

Palabras perdidas

Voy a buscarte, 
en la espiga o en el Sol
que la ilumina.

"El Haiku de las palabras perdidas"
Andrés Pascual.

domingo, 3 de marzo de 2013

Siempre quedará Cortázar

No me des tregua, no me perdones nunca. 
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves. 
¡No me dejes dormir, no me des paz! 
Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente. 
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante; 
tállame como a un sílex, desespérame. 
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos. 
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas. 
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces. 
No me importa ignorarte en pleno día, 
saber que juegas cara al sol y al hombre. 
Compártelo. 

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo, 
lo que nadie te pide: las espinas 
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame, 
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Julio Cortázar