martes, 20 de noviembre de 2012

Paraíso mágico

Pocas veces he disfrutado de algo tan diferente y armonioso. 
Difícil en los tiempos que corren, tan propensos a una originalidad artística discutible.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Actos de fe

A veces escribir es un acto de fe.

Tropezando como siempre pero sin hacerlo público me he sentido extraño. Más de cuatro años expulsando mi mierda en este rincón para acabar sintiendo la violencia de la falta de intimidad, o de la exposición de las debilidades mejor dicho, y de repente apartarme de todo eso. Aislarme, algo que no me es desconocido, pero aislarme, al fin y al cabo.

Decía que a veces escribir es un acto de fe, una obligación, un entregarte en las manos de "otro", un otro que no es nadie más que tú mismo, pero quizá sea más fácil sentir que esas letras surgen de otras manos, de otra mente, que ese sentimiento no es tuyo, que esa sensación terrible que te martillea en la sien es de un tercero, un ser invisible que es -por llamarlo de alguna manera- un contenedor de escombros personales. Pero cuando te vas a dormir te das cuenta que de repente todo eso vuelve a caer a granel sobre tu cabeza, a modo intruso, arramplando con la supuesta tranquilidad que creías lograda tras volcar la consabida mierda en ese falso retrete que no es más que un boomerang de eterno retorno. 

En fin, que empezaba queriendo hablar sobre una cosa y he acabado hablando sobre nada en realidad. A veces pasa, me pasa. 

Cosas de mi confusión mental.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Hastío



Esto ha sido hoy en Tarragona.
Una más. Ya ni extraña, ni se hace raro, ni siquiera nos asusta.

Pegan a un niño que va con dos señoras, a esa chica que simplemente les grita... No quiero opinar. Vedlo, simplemente vedlo.

Este es el país en el que vivimos, aquí es donde el estado del bienestar se va a la mierda, donde nuestros derechos laborales cada vez son menos y más parecidos a los que había... No sé, hace mucho. La sanidad pública empieza a convertirse en un viejo muñeco de trapo al que se golpea sin pudor, la educación y la cultura se diluyen porque quienes mandan saben que un pueblo ignorante e inculto es dócil.

Quizá esta huelga no haya valido para nada, sólo para desahogarnos un poco gritando cuatro consignas en las calles de nuestras ciudades. Seguramente. A algunos nos ha valido para hacer un poquito de deporte, huyendo de las cargas policiales provocadas por infiltrados en algunos casos, y por imbéciles a los que les importa una mierda la causa de la manifestación, en otros.

Me cuesta cada vez más hacerme la pregunta de porqué somos tan insolidarios con nosotros mismos, de cómo viendo la situación que tenemos en nuestro día a día, aun alguno es capaz de decir que no secunda la huelga porque lo que necesita España es que trabajemos duro para salir de la crisis. En serio y con perdón, una polla. Di que no secundas la huelga porque eres de derechas y estás de acuerdo con las medidas que están tomando, di que no puedes permitirte perder un día de sueldo porque tus hijos no tienen que llevarse a la boca si te dejas 30€ a fin de mes, di que en tu empresa te han amenazado (más o menos veladamente) si ejerces el derecho a huelga... 

Si llegamos, veremos a nuestros nietos ser explotados, humillados aun más de lo que nosotros lo estamos siendo. Supongo que sufriremos viendo como ha seguido cambiando nuestro mundo alrededor, como las leyes laborales han continuado restando derechos al trabajador y la "flexibilidad" ha aumentado hasta límites que ahora ni imaginamos. Nuestros ignorantes nietos (la educación se habrá acomodado perfectamente al sistema neoliberal y cumplirá su misión) ni siquiera se preguntarán por los derechos civiles y sociales que una vez existieron en España porque no los conocerán, y acudirán a una sanidad que será meramente de beneficencia, porque será complicado acceder a la sanidad tal y como la conocemos ahora. El que pueda pagar, que pague, y el que no, que se de la vuelta; algo que también sucederá en lo que llamamos "Justicia", donde las tasas judiciales para iniciar cualquier proceso serán tan caras, a partir del 1 de enero de 2013 lo serán, que en una gran parte de los casos no habrá dinero ni fuerzas para afrontarlas.

Y quizá lleguemos los que ahora tenemos 25 años a 70, y echando la vista atrás, pensemos que vaya, es verdad, aquellas huelgas no valieron para nada. Pero quienes no lucharon por su futuro, ¿cómo mirarán a los ojos de sus hijos o nietos? De lo poco que no nos pueden recortar es la dignidad, ella sólo depende de nosotros. Hagámosla valer, o intentémoslo, como poco.