martes, 31 de agosto de 2010

Diálogo raro

- Ché, es curioso.
- Y si...
- Pero... Raro, ¿no?
- Bueno, para mi raro no es.
- Llámalo como quieras.
- ...
- Raro.
- ¿Si?
- Si.
- ¿Raro?
- Raro.
- Puede...
- Hazme caso, muy raro.
- Pero sólo es una imaginación... Tampoco es...
- Si no digo que no, pero...
- Que si, que si ya te oí, raro.
- Pues eso.
- Pero es que tengo esa imagen en la mente grabada, y la imagino, tampoco es tan extraño.
- Pero si me dijeras desnuda, o haciendo otras cosas... Qué se yo, pero dormida...
- Y si, dormida, dormida, ¿qué quieres? La imaginación es libre, vuela...
- Si, si, libre, lo que tú quieras. Pero me sigue pareciendo...
- ¡Vale! Ya te escuché, que me lo digas más veces no va a cambiar lo que pienso. La imagino así, dormida, es una imagen suave, dulce, no sé, me dan ganas de abrazarla y...
- Y...
- Y... Bueno, es un sentimiento raro porque es como si ese abrazo que sólo es en mi mente fuera real y yo sintiera que lo es, que la abrazo dormida, que duermo con ella, que al despertar no está pero siento que he dormido con ella, que su aroma está conmigo.
- Ves como es raro, tú mismo lo has dicho.
- Y si, quizá. Pero me gusta. Me encanta.

martes, 24 de agosto de 2010

Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires es una ciudad de la que es fácil enamorarse todos los días, y odiarla a todas horas.

Capital de un país sistemáticamente saqueado por corporaciones internacionales, vendido gran parte de su patrimonio por políticos sin escrúpulos, ensuciada su clase dirigente por una corrupción sin fin que alcanza límites que son incomprensibles, anestesiada gran parte de la población por esta desafección de los poderes públicos, Buenos Aires ofrece un panorama repleto de contrastes para quien no conocía demasiado su historia, y que ahora está haciendo un máster avanzado e intensivo sobre ella.

Es un boom encontrarse con documentales como "La Toma" o "Memoria del saqueo", con libros como "Las venas abiertas de América Latina", con tanta gente que te cuenta diferentes versiones de lo que ha venido sucediendo en la ciudad y en el país, de como se disparó la deuda pública en la dictadura de Videla, de como por ello se lucran corporaciones internacionales, el FMI, el Banco Mundial, toda esa serie de vampiros y chupasangres sin ninguna clase de conciencia, de como la vergonzosa venta de empresas públicas realizada por Menem en los 90 vaciaron las arcas públicas y precarizaron los servicios, de como se robó a los ciudadanos el dinero que tenían en los bancos en 2001 en el conocido corralito, de como ese grito que se extendió como la pólvora aquel año se ha ido apagando tristemente hasta ser un eco difícilmente audible para gran parte de la población.

Ese "que se vayan todos" del que ha quedado un "se quedaron todos" es el más triste resumen de lo sucedido. Quizá la argentina ha sido la única sociedad de un país del llamado primer mundo que ha estado próxima a una verdadera revolución contemporánea, de levantarse contra el yugo imperialista y globalizador, de arrancar de cuajo esa cortina que tapa el rostro de esas oscuras mentes que manejan la economía, y con ella el destino del mundo. Sólo eso merece un reconocimiento, pero a la vez siempre quedará la sensación de ¿qué hubiera pasado si se hubiera llegado más lejos...?

No quería hablar de la pequeña parte de la historia argentina que estoy conociendo, quería hablar de Buenos Aires, de como me enamora y la odio a partes iguales durante un mismo día, pero también tenía ganas de compartir la indignación que me está produciendo descubrir determinados hechos. No suelo tocar temas así, pero hoy lo necesitaba.

domingo, 22 de agosto de 2010

Bush - Glycerine

Pelos de punta. Escuché esta canción con 8 años la primera vez, cada día suena mejor. Woodstock del 99 bajo el diluvio...

viernes, 20 de agosto de 2010

Microcuento del deseo que me consume (II)

Que me revuelvas el pelo mientras agarro tu rostro, flaco y suave, que tus yemas activen mis besos en tu rostro, dejar llevar mi instinto hasta el punto más extremo de la pasión. Lamerte la sal del océano en cada poro de tu piel, emborracharme hasta que me olvide de olvidarte, darte los buenos días con resaca de ti en mi cabeza, besarte a la mañana hasta evaporar tus legañas, quitarte la ropa de nuevo y que tú me la quites a mi, emborracharme de nuevo en dos minutos, beber de ti, de tu fuente de la vida, de esa vida que me sonríe a la vez que tú.

domingo, 15 de agosto de 2010

¿Qué?

Qué más quisiera que olvidarte,
qué más,
qué mas que poder aislar tu imagen en mi mente,
qué más que olvidar tus besos,
y tus ojos...
Qué más que no rabiar por no verte,
que no duela el pensamiento,
que no haya sentimiento,
que no más buenas noches al viento,
y tus ojos...
Qué más que no visites mis ausencias,
que mis sonrisas no busquen tu espejo,
que tu voz no resuene con eco,
y tus ojos...
Que no olvido,
que no quiero más allá de tu cuerpo,
que no puedo más que sentirte,
en el vacío de la soledad mas ardiente,
te veo.

sábado, 14 de agosto de 2010

The Take (La Toma)

La dignidad de las personas en su máxima expresión. El nudo en la garganta durante todo el metraje de este documental y las lágrimas en los ojos cada vez más grandes según se desarrolla.

Si tuviera que resumir en una palabra lo que he podido ver, lo tengo claro: DIGNIDAD.



Todo aquel que tenga interés por la situación argentina en los últimos años, y una mentalidad preocupada por problemas sociales de corte universal debería ver este documental, además de estar abierto a otras formas de actuar y de solucionar los problemas que los políticamente correctos, o los socialmente aceptados.

miércoles, 4 de agosto de 2010

En la noche

Y las palabras retumbaban en su cabeza como un martillo en el yunque, vigorosas y constantes; le absorbían cualquier otro pensamiento y le sumían en un estado de desesperación. Su ansía voraz de expresar los sentimientos que habían anidado en su interior era mayor a ninguna otra cosa; le obsesionaba que supiera, que entendiera el porqué actuaba así, la mera idea de perderla le resultaba insoportable, pero no quería tener que arrepentirse de no haber entregado hasta la última gota de aliento.


Andaba en la noche, meditabundo, cabizbajo, ni un alma en las oscuras calles de su nuevo barrio. Sentía que esas calles eran suyas, pero él quería su boca, sus ojos posados sobre los suyos, sus manos, no soledad y oscuridad sobre el asfalto. De continuo imaginaba lo que podía ser y no era, suspiraba y buscaba su delicada silueta en cada esquina, soñaba el encuentro prohibido, el abrazo infinito, la brutalidad de sus lenguas engarzándose en una espiral que los enfilara hacia el abismo más profundo de la pasión, donde sus cuerpos pelearan entre sábanas revueltas y gemidos desgarrados por la felicidad.

Y lo peor de todo es que sabía que casi todos los elementos jugaban en su contra.

martes, 3 de agosto de 2010

Microcuento del deseo que me consume (I)

Y frotaría su piel hasta enrojecerla.

Sin esponja, serían mis manos las que abusarían de la suavidad de esa crisálida que envuelve la fuente de mis insomnios. Las burbujas irían y vendrían surcando senderos abiertos por mi lengua, ardiente del sabor dulce de su ser, infinito.