Fotografío la oscuridad de esta noche densa,
añado negativos a esta colección sin dueño,
paso por el revelador mis miradas y mis sueños,
mis ojos después;
agrio baño químico que no escuece más que las heridas.
Con pinzas me arranco las costras secas,
no duele,
no dueles más,
o quizá es la costumbre.
Qué bonito. Y la música de fondo lo hace aún más.
ResponderEliminarMe gustó Isra!
ResponderEliminarY tus visitas también, mucho ;))
De tanto mirarlas adquieren una familiaridad de las que se recuerdan más que se sienten. Forzosamente la melancolía levantará más las comisuras que las ampollas. Y dejará de doler, aunque tenga que ser a base de quemarlas por sobreexposición.
ResponderEliminarqué bien que están las cámaras digitales, no?, lo mejor es lo fácil que resulta seleccionar, borrar, editar...
ResponderEliminarel poema es una auténtica... revelación, valga aquí la redundancia.
un abrazo
Hacia tiempo que no leia algo que me llegara tanto, es una maravilla
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