Últimamente indago en humo,
escribo sin tinta en máquinas de escribir sin letras,
sin fuerza derribo muros de hojas secas.
Pasto en eriales lejanos,
lejanos como mis ojos derecho e izquierdo,
buscadores de reflejos que les muestren su igual,
su igual: habitante de un rostro mutilado,
despojado de la virtud de conocerse,
atado a una realidad efímera e inconsistente,
ciego de verdades.
A veces hay
una mejilla entre calaveras,
un color entre la niebla,
una flor entre cenizas.
Y tus caricias, la luz me la dan tus caricias.
La redención del amor o la belleza. El rescate. Muy buen poema amigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta.
ResponderEliminarcomo estas?
xxx
es lo que nos hace comernos el mundo
ResponderEliminargenial