sábado, 5 de mayo de 2012

Dilatado

Y me chupo el meñique, amargo, con un regusto ácido que me exalta en la noche y me dispara a sensaciones directas, efectivas, excéntricas. Los bombos retumban dentro de mi, y mi piel, erizada y sudada, levita al son de esos graves desaforados, con el ritmo sincopado empotrándose en mi confusa lengua, que danza desinhibida y seca, hinchada, inconsciente.


La euforia, el placer y la empatía con un ambiente al que tampoco hago mucho caso me sobrellevan una decena de centímetros por encima del suelo, me transportan las luces parpadeantes, me da frío por fuera y calor por dentro, sudo y dilato mis pupilas hasta ver que en los rincones más oscuros hay un hueco para mi, para bailar en un ritmo más profundo, más pesado, que me reviente aun más los oídos y me penetre aun más la piel.


Y veo una cara, hay muchas, veo unos ojos, una boca y me acerco, una figura, una forma de moverse, un compás ingenuo y criminal, un perfil definido que me ahuyenta y me atrapa. Transpiro por cada poro como si fuera el único, un olor tibio impone su ley en este espacio de sombras que se mueven a golpe de grave. 

1 comentario:

Opina, critica, aporta.