martes, 19 de junio de 2012

Besos imposibles

Un beso y mil años después,
una llamada,
atisbo de luz en las ciénagas,
un fulgor dorado,
una melodía que entiendo,
un paso allá que sigo,
reflejos,
soledades malentendidas,
miradas que escaman nubes,
que despojan al alma de voluntad
y lo devuelven a estados ancestrales,
originales,
cuando escuchabas música en la plaza entre los primeros lances,
manos aquí y lenguas allá,
ardor,
hambre,
ilusión apostada al número equivocado,
al inexistente,
al imposible que es el que nunca sale;
e insisto,
vivo en la insistencia
y en la insistencia me quema el Sol y me hiela el invierno,
me moja la lluvia y me seca el viento.

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