sábado, 27 de abril de 2013

Cuentos


Un cuento breve,
herida abierta, profunda.
Sonrío mientras saboreo lágrimas dulces,
amargas.
Porque vivirte me ha mezclado los sabores,
y ahora puedo reír llorando.

Ya no tengo manos para acariciar tus sueños,
ya no vuelan mariposas dentro de mis ojos;
mi piel ha dormido el deseo.
Pero pervive el recuerdo,
en esta noche eterna,
esta noche de Sol negro,
invencible.

Un cuento breve,
un cerezo en fugaz flor,
una brizna en un jardín invisible,
un susurro,
un beso robado ayer,
y no hoy.
Fue un cuento breve
viviendo esta noche eterna.

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