sábado, 29 de noviembre de 2008

Hablaré

No me pidas que no te hable más del amor,
porque cada vez que pienso en ti,
se ilumina en mi
un enorme neón
que en púrpura y carmesí,
-como te gusta a ti-
reza así:

"AMOR"

Si, lo siento pero hablaré.
Y en lo que exprese podrás ver
que no alardeo,
sólo confieso
que en esta vida
deshumanizada y espesa,
aun quedan resquicios para la luz,
para una esperanzadora luz,
que a través de la niebla
se abre paso cegadora
desesperada,
con un fulgor intenso,
brillante,
como tú.

Si, lo siento pero hablaré,
a cada esquina,
a cada vaso
-vacío-,
a cada vagabundo solitario,
a cada paso que avance,
hablaré de esa luz
y de ese amor,
y de esas cosas inexplicables
que permiten
-gracias-
que la vida,
-errante-
prosiga su curso.

viernes, 28 de noviembre de 2008

De estreno

Hoy estrenan películas en las carteleras de los cines, pues yo también estreno.

Estreno cámara fotográfica, y yo considero que para mí, de las buenas. Nikon D40 es el artilugio, y viene con un kit de dos objetivos AF-S, uno DX 18-55 y el otro DX 55-200, además me he comprado una fundita (que me he dado cuenta al probarla que es un poco pequeña...) para proteger los 370€ de inversión, una tarjeta de memoria SDHC con 4GB de memoria, para echar muuuuchas fotos y no pasarlas luego al ordenador, y me han encasquetado un seguro multiriesgo o algo así, para que si se me avería o se me cae o se me rompe o se suicida o no quiere funcionar más, durante 3 años (supuestamente) me garantizan la reparación o la sustitución, además de asegurar la cámara durante 1 año si me la roban (crucemos los dedos).

Total, 464 con algo euros. Y la máquina es esta:



Este es mi autoregalo de Navidad, que la verdad, después de un año bastante movido, currando, estudiando, sin tiempo para mucho más, ya tenía ganas de darme un capricho... digamos que... material. Si, material. Todo en lo que había gastado el dinero hasta hoy han sido gastos más o menos volátiles, o que no se ven de cuerpo presente. Tampoco me puedo quejar, ya que la mayoría del dinero se ha escapado a muchos kilómetros, en Granada un par de veces, en Londres, en Lanzarote, en Sevilla... La verdad que ser teleoperador me ha dado de si bastante, he estirado el sueldo para poder salir, beber, el rollo de siempre... He viajado, he disfrutado de una libertad inédita hasta entonces para mi.

En fin, ya os iré contando como me va con la cámara. Espero empezar a colgar fotos muy pronto, pero primero me voy a empapar bien del manual para aprenderme toooodas sus funciones, para poder exprimirla al máximo de sus posibilidades.

¡Estoy emocionado, coño! ¡Buen finde a todos!

jueves, 27 de noviembre de 2008

De momento

Ya no tengo trabajo, es decir, ya no soy teleoperador, es decir, soy feliz.

Ya no brego con clientes cabreados.
Ya no peleo contra la crisis.
Ya no tengo que colaborar al endeudamiento de las familias.
Ya no anhelo tener tiempo libre.
Ya no me lamento por no poder ver cine.
Ya no saco tiempo de debajo de las piedras para ver a la gente.
Ya no me pongo nervioso si las clases se alargan un poco y llego tarde a casa.

(de momento)

Desde que soy libre, he aprovechado mucho además:

Me he hecho socio de la biblioteca municipal y he sacado libros y pelis.
He visto en 1 semana más capítulos de Los Soprano que en 1 mes.
Leo más libros y blogs.
Quedo o intento quedar más con gente.
Me tumbo en el sofá.
Pierdo el tiempo.
Escucho más música.

Las cosas van bien, si.

(de momento)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Decía que no quería

Me decía que no aguantaría más tiempo ella sola,
que el rugido del viento que entraba por su ventana
-abierta de par en par-
le olía demasiado a invierno,
le rompía en pedazos por dentro,
y pisoteaba su corazón.

No quería acabar mal,
en el fondo de un río,

o en medio de una vía.
Pero que no podría evitar,
que encontraran un día su cuerpo
muerto a fuego lento,

¡malditas pastillas!

O que se le fuera la mano

con la cuchilla en la ducha,

y se fuera a dormir.

Se quejaba que la nieve del tiempo

borraba las huellas de la ilusión.

que ya no veía ni en blanco ni en negro

las lágrimas tapaban el exterior.

que su pecho estaba rajado

y que había vomitado toda razón,

por seguir esta lucha que en vano

estaba pudriendo su corazón.


Se calló.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sufrimiento

Hugo se percató del cruce de miradas, y le tembló el pulso. Se fue a la cama cabizbajo, a sabiendas de que esa noche no podría dormir, como otras tantas noches que se repiten con cada vez más frecuencia. Se arropo hasta los ojos y esperó.

Esperó hasta que oyó caer un cubierto al suelo y entonces se asustó.

Se acurrucó lo más que pudo y apretó fuertemente la manta contra su rostro. Miraba fijamente la puerta de su habitación, que no veía en la oscuridad, y le invadió el frío. No se acostumbraba.

Oyó romperse un vaso, y empezó a sentir como le temblaban las manos.

Una lágrima recorrió su mejilla, pero Hugo no se movío. El temblor tomó posesión de su cuerpo. La tensión le atenazaba por completo y el miedo le tenía paralizado. Nunca se acostumbraría.

Oyó varios gritos y golpes, y las lágrimas afloraron en tromba, silenciosas.

El pánico que sentía creció, y no aguantó más en la cama y saltó hacia la puerta. Quedó pegado a ella, escuchando aterrado y echó un manojo de nervios lloroso, hasta que pararon gritos y golpes.

Oyo el silencio, y se sorprendió.

Quedó inmóvil de nuevo, petrificado junto a la puerta de su cuarto. Se acercaban unos pasos y corrió de nuevo a la cama. Se abrió la puerta y entró una sombra a trompicones. Llorando, se acercó a Hugo y le abrazó. Tenía las manos llenas de sangre.

-Hijo, no podía más- afirmó entre lloros la sombra.
-Te quiero, mamá.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Desierto

Vosotros que,
desértica dejáis la tierra a vuestro paso,
asoláis con crudeza a los cercanos,
matáis el rumor de la alegría,
devastáis sin rubor la compañía.

Sin verguenza,
os dáis el lujo de faltar a la verdad,
estáis solos porque no sabéis estar,
la envidia os lleva a este estado,
en el que en criticar no veis pecado.

Ahora pasa,
que nadie volverá,
quien antes se preocupaba,
ahora vuela en otros campos,
donde hay naturalidad.

Esos errores,
os han echo quedar solos,
ahora camináis buscando algo,
en las dunas de esa nada,
que tan bien habéis cultivado.

sábado, 22 de noviembre de 2008

El Lobo Estepario

(...) lo mismo que yo ahora me visto y salgo a la calle, voy a visitar al profesor y cambio con él galanterías, todo ello realmente sin querer, así hacen, viven y actúan un día y otro, a todas horas, la mayor parte de los hombres; a la fuerza y, en realidad, sin quererlo, hacen visitas, sostienen una conversación, están horas enteras sentados en sus negociados y oficinas, todo a la fuerza, mecánicamente, sin apetecerlo: todo podría ser realizado lo mismo por maquinas o dejar de realizarse. Y esta mecánica eternamente ininterrumpida es lo que les impide, igual que a mí, ejercer la crítica sobre la propia vida, reconocer y sentir su estupidez y ligereza, su insignificancia horrorosamente ridícula, su tristeza y su irremediable vanidad. ¡Oh, y tienen razón, infinita razón, los hombres en vivir así, en jugar sus jueguecitos, en afanarse por esas sus cosas importantes, en lugar de defenderse contra la entristecedora mecánica y mirar desesperados en el vacío como hago yo, hombre descarriado! (...)

Este es un pequeño fragmento de una obra demoledora con la deshumanizada sociedad en la que vivimos desde hace mucho tiempo, El Lobo Estepario, de Hermann Hesse. Nos cuenta la historia de un antihéroe que infeliz y solitario, nos muestra una visión de la vida, la muerte, el suicidio, determinadas conductas sociales... Es un libro que aunque corto, es denso como pocos; a mí me da la sensación que enseña y tiene una complejidad brutal, mucho más que la mayoría de libros de 600 o 700 páginas que pueda haber por ahí. En apenas 230 páginas desgrana con una precisión de cirujano multitud de reflexiones y pensamientos, que a pesar de ser escrito en la década de los 20, da la sensación de haber podido ser escrita en esta nuestra época, ya que los temas de los que habla siguen muy frescos.

Muy recomendable, salvo que tengáis pensamientos suicidas en estos días...

jueves, 20 de noviembre de 2008

La tapa de la caja

Al levantar la tapa de la caja que me habían traído aquella mañana, recordé tras muchos años los días en los que mi única preocupación era si jugaría a la comba o a las muñecas, si el maestro había mandado deberes para el día siguiente, o si el chico guapo del grupo de los mayores se fijaría en mi alguna vez.

Lloré. Lloré como si jamás hubiera llorado antes. Desbordé todo lo que había arrinconado durante años, lo que había tragado sin queja alguna y que había amontonado en mi interior y que había ido haciendo mella en mi corazón. Me embargó un desconsuelo brutal, mientras sostenía la tapa de la caja abierta, escuchando esa dulce melodía que, aunque ajada por los años, se había mantenido casi intacta al pesado paso del tiempo. Ese mismo tiempo en el que yo había dejado de ser una niña ingenua, es el que la música que estaba escuchando había esperado para volver a mostrarse, inundando el silencio que sólo roto por mi llanto, desgarrador y punzante, envolvía todo en un tinte lastimoso.

Me enjuagué las lágrimas con la manga e intenté serenar el gesto, torcido como un hierro oxidado y dolorido como un enfermo terminal. Respiré profundamente varias veces, y cerré la tapa de la caja, y guardé ésta bajo la cama. Me puse en pie lentamente y caminé pesada hacia la ventana, donde me asomé a la escasa luz que entraba. Veo poco más que gentes lejanas y calles infranqueables, veo formas y una normalidad en los gestos que desconozco, que me aterran.

Entonces, cierro los ojos y me aferro fuertemente a los barrotes.

Me alejo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Niños

¡Jóder! Estaba viendo tranquilamente recostado en mi silla el octavo capítulo de la primera temporada de la serie Los Soprano, y a los 20 minutos se ha cortado y al actualizar la página me dice que el vídeo está temporalmente unavailable... Me cago en tu puta madre servidor. Me tiene un poco enganchado la serie, la empecé a ver un poco en horas libres que tenía y como los capítulos duran 45 o 50 minutos pues me venían bien para ocupar ratos libres en casa, y la verdad, cojonuda serie. Ya le dedicaré un día un comentario más extenso, dejarme que disfrute de la temporada entera al menos y ya me explayaré a gusto...

Y a lo que iba, venía yo este mediodía hacia casa contento, había salido de clase tras grabar un programa que teníamos que realizar como trabajo práctico y que ha salido medianamente bien. Me adelanta una madre a grandes zancadas con un niño corriendo detrás con un amigo suyo. El diálogo que han tenido ha sido más o menos así:

Niño- No corras mamá.
Madre- Si hijo, que el perro se ha cagado.
Niño- jajaja ¿y papá?
Madre- Tu padre me ha llamado corriendo para que fuera rápido a casa, que está todo lleno de cacas.
Niño- jajaja te toca limpiarlo a ti.
Madre- Si, tu padre me ha dicho que se bajaba que no aguantaba el olor.
Niño- jajaja (a su amigo) es que mi perro es como una pizza de casa tarradellas (¡!) de grande, y cuando se pone malo, ufff.
Madre- Y siempre me toca limpiarlo a mi.
Niño- Bueno... ¿Qué hay hoy de comer mami?

He flipado. Ese niño se merece un collejón, pero ese padre... ¡Zas! En toda la boca...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Fundieron

Este finde ha sido el fin de la gira de Extremoduro, que se ha tirado muchos meses recorriendo el país de punta a punta en la que -como siempre- puede ser su última gira. El concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid era para el sábado, pero se vendió todo el papel tan rápido que tuvieron que habilitar una nueva fecha para los que nos habíamos quedado sin entradas, así que el viernes fue el nuevo día de concierto.

Y la primera en la frente fue que voy a comprar mi entrada y ¡oh, sorpresa! ya no hay para pista. mecagoentoloqsemeneacienveces y me tengo que conformar con entradas en grada, sin pogos, sin bailar descontrolado, sin saltar entre cientos de personas que también saltan descontrolados cantando al unísono las canciones. Me tengo que conformar con una jodida butaca y medio metro de espacio que como me descuide me caigo rodando de fila en fila por toda la grada.

Y la segunda en la frente, estamos apaciblemente bebiendo un poquito de calimocho pegaditos al Palacio de los Deportes, concentrados a las puertas, resguardándonos del frío que caía sobre madrid, y llega la amable Policía Municipal y nos invita a marcharnos con nuestra bebida a otra parte. La solución creo que fue peor, ya que de tener a 300 o 400 personas juntas y controladas a las puertas del Palacio, a tener a todos desperdigados por el Barrio de Salamanca, barrio adinerado donde los haya y supongo que poco acostumbrados a tener en sus calles a gente bebiendo calimotxo y con pinta de guarros. En fin, peor para ellos, yo me terminé mis cartones...

Y la tercera en la frente, en pleno concierto, tras iniciar con Deltoya y ser un auténtico orgasmo colectivo, Extremoduro fundió los plomos del Palacio de los Deportes y el sonido se cayó por dos veces en pleno apogeo general. En fin, el habitual descanso que se toma la banda de 15 minutos -vete tú a saber lo que deben inhalar en esos 15 minutos- se convirtió casi en media hora desesperante.

Eso si, desde el regreso con Papel Secante, hasta el final con Autorretrato, fue un éxtasis continuado que incluyó temas míticos como So Payaso, Jesucristo García, Ama ama y ensancha el alma... Vamos, buen sabor de boca general, una afonía completa que aun perdura un poco, y un sentimiento agridulce de haber presenciado dos conciertos de Extremoduro tan buenos este año, pero pensando que quizá no los vea más.

Si me encierro, ven a verme; un vis a vis...
Caí preso dentro de mí, dentro, muy dentro de mí.
Si me escapo, ve a buscarme cualquier día,
donde quede alguna flor..., donde no haya policía.

¡Grandes!

viernes, 14 de noviembre de 2008

Odio (III)

No lo aguanto más, todo me martillea, me siento asfixiado. El agobio se apodera de mí a cada paso, no me puedo controlar, mi cerebro rebota contra las paredes del cráneo, el dolor en mi interior es insufrible. ¿Por qué dejarle vivir? Es repugnante, no vale nada y no lo soporto. Tantos años viviendo con él, tirando mi existencia por la borda.

(20 minutos después, sentado en el sofá, recapitulando)

Lo he pateado, escupido y aporreado. No podía parar, la sangre brotaba y salpicaba los tabiques. El charco rojo se hacía cada vez más grande; realmente, la visión era absolutamente repulsiva, pero jóder, era incapaz de detenerme. Proseguí indefinidamente con la paliza, me sentía liberado, la tensión comenzaba a abandonarme, el agobio empezaba a desaparecer; pero allí seguía, despedazando a golpes el vil cuerpo del inmundo ser con el que había compartido los peores años de mi vida.

Ahora, sentado en el sofá, siento que soy otra persona, me he desahogado, por fin me he librado de la maldita carga que significaba para mi. Las pesadillas ya no me atormentarán, descansaré. La verdad que me asombra lo mugriento que se encuentra ahora mi salón. La sangre decora las paredes, los muebles, el suelo… Algunos pedazos de carne se disponen sin orden alguno por la estancia, es un poco dantesco.

¡Puto perro!

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Odio (II)

Con los ojos absortos en la pantalla del ordenador -tenía que entregar el informe a primera hora de la mañana- no me percaté que García había sido llamado al despacho del jefe. No tendría porqué tener mayor importancia, sino fuera porque cuando esto sucede algo grave ha ocurrido. Además, las cortinas del despacho del jefe estaban corridas, lo cual daba un aviso de que lo que se cocía era peor de lo que pudiéramos imaginar. Algunos compañeros miraban la puerta del despacho, queriendo ver a través de ella y poder enterarse de qué estaba pasando. La espera fue larga y tensa.

García salió al rato impasible, ni con buena ni con mala cara. Nos devolvió la mirada y sin hacer ni un gesto se encerró en su despacho. Cerró la puerta y corrió las cortinas, lo que desató los murmullos en la oficina. Nadie sabia nada, pero todos hablaban. Yo seguí con mi informe, sin preocuparme demasiado de nada más, por muy grave que fuera el asunto, la alta jerarquía de la empresa me daba exactamente igual.

Al poco, García abrió la puerta de su despacho. Todo el mundo calló y le miró.

-Hernández, pase a mi despacho, por favor. - dijo con una seriedad abrumadora.

Pasaron unos pocos minutos y García, de nuevo, salió.

-Fernández, adelante, por favor.

Al cabo de unos instantes, se repitió la escena.

-Ramírez, si es tan amable de pasar.

Pérez y González fueron los siguientes, y el último al que mandó pasar, fui yo: Rodríguez.

Entré titubeante en el despacho de García, y no vi a mis compañeros. Mi cara era un poema y los nervios me comían por momentos. No entendía nada. García rompió el hielo.

-Bien Rodríguez, tengo lo que sé, será una muy buena noticia para usted. -me miró con una sonrisa que me aterró- Me han despedido. No me mire así, Rodríguez. Se que usted lo deseaba desde hacía mucho tiempo, al igual que sus compañeros. Siempre han boicoteado mi trabajo, siempre se han aprovechado de cualquier error mío para minar la confianza del jefe en mi, no han perdido la oportunidad de levantar falsos rumores sobre mi persona y mis hábitos fuera de la empresa. No soy gilipollas, Rodríguez.

-Yo... no... no he hecho nada.

Cállese! No soy policía, no pretendo hacerle confesar, ni pretendo declararle culpable en un tribunal. Sólo pretendo que conozcan quien soy yo.

-Pero...

-Abra ese armario, Rodríguez.

La seguridad con la que hablaba era aplastante, y ni pensé. Me dirigí al armario y coloqué mi mano en el tirador. Dudé.

-Ábralo, Rodríguez.

Ahogué un grito poco antes de que García me agarrara del cuello y tirara de mi hacia atrás. Me amordazó entero al igual que a Hernández, Fernández, Ramírez, Pérez y González, y me lanzó al suelo.

-Bien, no sé quien ha hecho más labor para que me hayan despedido, pero me da igual. Sois seis hijos de puta, y os mataré a los seis. Y para que esto sea muy divertido para todos, he inventado un juego. Este.

García mostró un folio en el que había dibujado una especie de tablero con seis casillas.

-Por si no lo veis muy bien, os lo explicaré. La casilla primera, significa que uno recibirá dos cuchilladas en cada uno de sus ojos. La segunda, que a otro le cortaré cada uno de sus dedos de los pies y manos. La tercera, que el siguiente verá cortadas su lengua y sus orejas. La cuarta casilla corresponde a cuatro puñaladas en el estómago. La quinta, servirá para que a otro le rajé las piernas de arriba a abajo. Y la sexta, y no por ser poco original, significa que le cortaré las pelotas.

Todos temblábamos de terror y mirábamos atónitos y llorosos a García, que estaba fuera de sí.

-Os habéis dado cuenta que os odio, a los seis. Pero bueno, no quiere elegir ni ser cruel, así que la suerte decidirá. Tengo un dado por aquí. -buscó en un cajón- ¡Aquí!

Nos miró de manera macabra, levantando una ceja.

-¿Quién es el primero en probar suerte?

martes, 11 de noviembre de 2008

Odio (I)

Lo ves.

Aprietas los dientes.
Fijas la mirada.
Cierras los puños.

Se acerca.

La boca se reseca.
Los oídos se taponan.
La espalda se tensa.


Aquí está.

El pulso acelera.
Las piernas tiemblan.
El pecho salta.


Se va.

Inspiras.
Espiras.
Suspiras.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Sevilla

Menuda paliza a caminar y caminar que me he dado este finde, y seguiría haciéndolo porque Sevilla es realmente bonita. Además, aunque no sea la mejor época, y la ciudad no haya florecido como puede hacerlo en primavera, o no hubiera tanto ambiente como puede haber en la Feria de Abril o en Semana Santa, para mi tiene un algo que es único.

Pasear por el Barrio de Santa Cruz es una maravilla, con sus callejuelas que se retuercen y donde guiarte en un plano es casi una quimera, por lo que merece la pena dejarse llevar, meterse en la calle que más nos guste cada vez, y disfrutar, abriendo mucho los ojos. La Giralda, que preside majestuosa la ciudad, eclipsando la inmensidad de la Catedral y rodeada de coches de caballos que dan paseos a los guiris por la ciudad a precios abusivos supongo (no me atreví ni a preguntar...). Impresionante la Plaza de España, con sus dos torres y una simetría perfecta, un lugar maravilloso donde vi un atardecer verdaderamente precioso, con el Parque de María Luisa al fondo, ocultándose el Sol detrás. La Torre del Oro, asomada al Guadalquivir, robusta y bella.

Podría seguir y seguir describiendo cada uno de los sitios que me impresionaron, pero es mejor conocerla, además si se busca hay alojamiento barato, y la verdad que comer no es muy caro si se tiene paciencia y no se entra en cualquier sitio, ya que hay muchos locales enfocados a guiris y se van un poco de las manos.

Y si, con el Sol que ha lucido, Sevilla tiene un color especial...

viernes, 7 de noviembre de 2008

¡Cambio de planes!

El finde pasado, el de los muertos, me iba a ir a Donosti, a conocer la ciudad en un par de días. Me la han recomendado varias veces y las ganas de ir eran muchas, pero a principios de la semana anterior fue llegando ese terrible manto de nubes y lluvia que nos ha empapado y nos ha hecho pelarnos de frío, así que hubo que cancelar todo el plan de marchar hacia allí.

En principio, lo dejamos para ir a mediados de noviembre, ¡peeeeeeero! Recordé que había hablado con mis amigos para ir a ver a Extremoduro, y el concierto es ese finde también, y bueno, soy socio del Atleti ya sabéis, y también juega ese finde, así que tuve que moverme para intentar buscar algo para este finde que fuera tan apetecible como para renunciar a Donosti hasta otra ocasión mejor, por lo que el destino elegido es ¡Sevilla! Con su Giralda, su Guadalquivir, su Torre del Oro, su Macarena, su barrio de Triana, su Plaza de España, su color, su aroma, su ambiente... En fin, me han hablado mucho y bien de la ciudad, y el tiempo pinta soleado por ahí, así que todo pinta muy bien este finde.
Espero empaparme bien de la ciudad, de sus monumentos, de su río, de su color, de sus jardines, e intentaré plasmarlo en muchas fotos, tengo un espíritu de fotógrafo de viajes que jóder, parezco japonés, ¡le hago fotos a todo!

No regresaré hasta el domingo, así que ya os contaré si Sevilla tiene un color especial, si Sevilla tiene ese duende, si me huele a azahar, si me gusta estar con su gente...

jueves, 6 de noviembre de 2008

Día de peluquería

Los jueves salgo a las 11 de clase (eso de haber hecho imagen antes de realización me ha ayudado a quitarme horas este curso xD) y he aprovechado para pasar por la peluquería y echar abajo lo que el tiempo hizo crecer en mi cabeza. Esa mata de pelo rizado que intento -en vano- domesticar y que amenazaba con seguir enrollándose a mi muy incómodamente. Cada dos meses o así me obligo a ir, porque los resultados de dejar crecer eso que sale de mi cráneo puede ser fatal. Y apenas 10 minutos esperando y ¡a la silla! Que gustito que me pasen la máquina y me dejen el pelo corto de nuevo, no tener que peinarlo hasta dentro de algunas semanas y así andar despreocupado de sus ataques de rizamiento.

Las peluquerías son sitios curiosos, allí están siempre 2 o 3 mujeres cotilleando sobre sus vidas, contando cualquier cosa que hayan leído en las revistas del corazón o de sus Manolos respectivos. Hoy, una mujer fue más allá. (Nos) contó que la habían operado hacía 15 días de un tumor en los ovarios, y que le habían extraído una bola del tamaño de una pelota de tenis, o más... La mujer tenía gran expresividad, y hacía muchos gestos, muecas, ademanes y todo tipo de movimientos que apoyaran su historia. Me dijo el médico que el tumor era ¡así! y estiraba sus dedos abriendo casi el palmo entero. Aunque la verdad que la cicatriz que me dejó es pequeña (repetía el gesto pero contrayendo un poco los dedos). Lo peor fue la espera y movía entonces sus brazos hacia arriba como bailando sevillanas y echando un poco la espalda hacia atrás.

Yo, mientras, agachaba la mirada y dejaba hacer a la peluquera, no fuera que me vieran observar y me pidieran opinión. No hubiera sabido qué decir, quizá la mejor idea era asentir sin más, sonreír levemente y darle coba al tema. Pero por si acaso, opté por la opción de pasar desapercibido, dejar que el tema corriera por los derroteros del morbo puro (nadie la preguntó que tal se encontraba), y en cuanto terminó mi poda bimensual...

...corrí como un diablo!

martes, 4 de noviembre de 2008

Jan Saudek

Éste hombre es uno de mis fotógrafos preferidos, conocí sus fotos hace varios años, cuando nos mandaron realizar un trabajo para una asignatura de 1º de Imagen, y elegí su nombre sin saber mucho de él. Ahora, la verdad que puedo decir que es un excepcional fotógrafo, con unas fotos poderosas y visualmente fuertes y llenas de mensajes.

Usa mucho contraste, sea en color o en b/n, para dar aun mayor énfasis a la imagen, y juega con los contrarios, con el color, con la insinuación o directamente con la cruda muestra de una historia. Saudek siempre cuenta historias en sus fotografías, casi siempre duras, difíciles, sórdidas, historias que se ambientan en lúgubres habitaciones, lugares siempre cerrados. Desnudos, relación hombre-mujer y contraposición entre juventud y vejez son constantes en su trabajo, que roza en muchas ocasiones lo obsceno y grotesco. Además, suele colorear a menudo sus fotografías, lo que le da un aspecto muy colorido a situaciones extremas.

Aquí os dejo algunas de las fotografías que más me gustan y un enlace.


Life - 1966


Portrait of Woman and Man - 1984


The Deep Devotion of Veronica - 1989


The Morning - 1990


Portrait of an Innocent Girl - 1997

domingo, 2 de noviembre de 2008

Into the Wild, de Sean Penn

Into the Wild (Hacia la Naturaleza) no es una película al uso, no cuenta una historia más, ni siquiera se ubica en lugares comunes, ni tampoco transmite sensaciones corrientes en el cine de hoy día. Quien haya visto la película, y conociendo la historia, puede acusar a Christopher McCandless (o Alexander Supertramp) de egoísta, irresponsable, suicida y de otras muchas cosas, pero no se le puede dejar de reconocer que hizo lo que todos deberíamos reconocer con un aplauso enorme, el vivir su vida como quiso él.

Era SU vida y la vivió como ÉL deseó. ¿Qué hay de malo?

Dejó su familia, donó su dinero, abandonó su coche, se libró de toda carga y posesión, y se entregó a la naturaleza, a su propia razón de ser, a la vida que quería y logró disfrutar, hasta las últimas consecuencias. Viajó lo que quiso, y a donde quiso, hizo de su viaje su vida y su ilusión por seguir adelante era realizarlo.

Peliculón de Sean Penn, que marca de manera fabulosa los tiempos, nos deleita con imágenes absolutamente impresionantes, nos narra una historia fabulosa y llena de humanidad con soltura y carácter, nos muestra unos personajes que aportan, que añaden al conjunto final un granito para construir una montaña, nos enseña a un protagonista lleno de vitalidad, de idealismo y nos involucra en un relato que en todo momento parece real e imaginario a la vez.

Mención a parte guardo para la banda sonora memorable creada especialmente para la película por un genio, Eddie Vedder, cantante de Pearl Jam, que saca su lado más sensible ideológicamente hablando para montar unas canciones muy especiales, que suenan verdaderamente bien y que añaden muchos matices a las imágenes de la película. De esta banda sonora, precisamente, es la canción que dejo hoy en el reproductor. Si os gusta, buscar la banda sonora completa.


En fin, quizá la mejor película estrenada en 2007 para mí, junto con No Country for Old Men (No es país para viejos) y Le Scaphandre et le papillon (La escafandra y la mariposa).

No cuento mucho del argumento, verla.