miércoles, 28 de octubre de 2009

La sonrisa de Dasha (IV)


Las sirenas atronaron en la noche.

Al poco, los temidos bombarderos alemanes estaban rugiendo encima de la ciudad y descargando todo su arsenal de bombas sobre la población. Polvo, humo, fuego, muerte, destrucción, caos.

"¡¡Dasha!! ¡¡Lyuda!!" No sé donde piso, todo son escombros, cascotes. No veo nada, sólo el fulgor de las explosiones permite ver algo de vez en cuando, la luna está escondida tras los centenares de aviones nazis que surcan violentamente el cielo. "¿¿Dónde estáis??" No siento temor por mi vida, porque esto no puede representar la vida, no, no puede ocurrir esto en lo que llamamos realidad, no puede existir lo que está ocurriendo esta noche, y no imagino que pueda ser cierto lo que bajo la luz del día de mañana -si es que vuelve a salir el Sol- se pueda ver.

El ruido de los motores y las bombas es ensordecedor, me mantengo a duras penas en pie"¡¡hija!! no tengas miedo, ya se van los aviones, ¿dónde estás?", percibo entre las tinieblas reinantes que mi casa está destruida, tropiezo continuamente con todo lo que antes formaba un hogar. Más bombas, más... "¡¡Lyuda!! Por favor, ¡responde! ¡¡Lyuda, Dasha!!" Todo tiembla, esto debe ser lo más parecido al fin del mundo. Me acurruco como puedo, y de repente la veo. "No, no no no ¡no no no! Querida, ¡¡¡no!!! Lyuda... ¿Por qué?" El llanto me ahoga.

Dejo de oír las bombas aunque siguen cayendo, dejo de ver fuego aunque hay por todos lados, dejo de pensar en todo para ver únicamente en mi mente la sonrisa de Dasha. "Tengo que encontrarla, es lo único que me queda en la vida".

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