Él: Le parecerá raro, pero quiero preguntarle algo. El bolso que llevaba esta noche, ¿dónde lo compró?
Ella: ¿Por qué lo pregunta?
Él: Es tan elegante, quiero comprarle uno a mi mujer.
Ella: ¡Es usted tan bueno con su mujer!
Él: No realmente. Mi mujer es muy difícil. Pronto será su cumpleaños, no sé que comprarle.
(Él se enciende un cigarro)
Él: ¿Podría usted comprar uno?
Ella: A lo mejor no le gusta que sea exactamente igual.
Él: Es cierto, no se me había ocurrido. Eso no le gusta a las mujeres.
Ella: Sobretodo si son vecinas.
Él: ¿Los hay de otros colores?
Ella: Se lo preguntaré a mi marido.
Él: ¿Por qué?
Ella: Me lo compró él en el extranjero. Aquí no los hay.
Él: Entonces, dejeló.
(Ella mueve la cucharilla en la taza)
Ella: El caso es que... Yo también quiero preguntarle algo.
Él: ¿El qué?
Ella: ¿Dónde se compró la corbata?
Él: No sé de dónde viene. Me las compra mi mujer.
Ella: ¿De verdad?
Él: Me compró ésta en el extranjero. Aquí no las hay.
Ella: ¡Qué coincidencia!
Él: Si.
Ella: El caso es que... Mi marido tiene una igual. Dijo que era un regalo de su jefe. Se la pone todos los días.
Él: Y mi mujer tiene un bolso igual al de usted.
Ella: Ya lo sé. Lo he visto.
(Se miran aun más fijamente)
Ella: ¿A dónde quiere ir a parar?
(Él fuma pensativo, dubitativo. El humo lo impregna todo aun más)
Ella: Creía que era la única que lo sabía.
No está mal tu blog, tampoco bien; por cierto Pearl Jam rules. Suerte.
ResponderEliminarohhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!
ResponderEliminar:****
Casi que mejor regalarles entonces maletas
ResponderEliminarWong Kar Wai, ¡qué fantástico!
ResponderEliminarMe gustan tus gustos.