sábado, 16 de abril de 2011

Versos manchados

Mis pensamientos se agrietan,
las cenizas de tus incendios se enquistan
en mis heridas abiertas
y me despierto sudando en la noche,
imaginándote;
terribles imágenes que pelan mi corazón a machetazos,
se empequeñece mi sonrisa
al recordar...
Al recordarlo todo.
Mil preguntas y mil silencios punzantes,
me remuevo el pelo
y escarbo en mi cráneo,
araño los deseos que me percuten,
esos que no se van 
y me están quebrando,
araño la música que suena 
y que me entrega a la desesperación
de mis manos vacías,
araño mis recuerdos 
hermosos,
queriendo cambiar el rumbo,
pero ¿dónde está el timón?
Me despierto sudando en la noche,
mirando
las sábanas negras,
y no son mis brazos quienes te envuelven,
ni mis piernas quienes se enredan,
ni mi boca la que se pierde por tus rincones
profundos,
deliciosos recuerdos los que poseo,
crío cuervos con ellos.

3 comentarios:

  1. Recordar puede doler, pero es inevitable hacerlo.
    Si pica, cura, que decían.
    Pero a veces viene bien reciclar la mente y dejarla en blanco, como una limpieza emocional :)
    ¡ánimo!

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