viernes, 8 de julio de 2011

Piel rajada

Aúllo al viento que me traiga tu perfume.
Loco me tiene
el dulzor cotidiano de tu piel pálida,
me traslada a escondites inolvidables,
me daña su recuerdo,
porque hay algo que no sabía:
la añoranza hiere más que un latigazo,
y la distancia está en mi carne viva, 
desollada,
entregada a una pasión ilimitada,
desarbolada,
por imágenes cada vez más tenues,
que se escapan entre mis dedos
con tu aroma,
que se lo lleva el viento tan rápido como me lo trajo.
Me escuecen las tiras de piel rajada,
cada poro mío que rozaste ahora se pudre,
y cada recuerdo me estremece,
me encoge,
me revuelve el pelo
y me lo arranca.


¿Cuánto más lejos...?
En playas de arena fina
y regadas con agua turquesa,
porque tú me lo contaste y yo no olvido,
ve a fundirte con el inteligente pescador de río revuelto,
yo me quedo en la orilla,
que se me han quitado las ganas de nadar
para que me ahogues,
y la sal abrasa mis heridas de carne viva.

1 comentario:

  1. Yo siempre digo que la fase de querer olvidar y rechazar todo lo que alguna vez fue, es inevitable y necesaria, pero con el tiempo vi que era mejor quedarse con lo bueno y lo malo. Con lo que se aprende al fin y al cabo :)

    un poemilla (como tú dices) precioso.

    Ah... y gracias por el alago, pero muchas veces lo que escribo son historietas que se me ocurren y que plasmo en una tercera persona que no tiene nada que ver conmigo. No, no soy tan jovencita... tengo ya la veintena y voy hacia los veintiuno, pero si te digo la verdad no desearía para nada volver a la "edad del pavo".

    ¡Besos!

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