Pero cuando se queda dentro,
enquistado,
atrapado por las sábanas negras que otrora nos unieron
y ahora no son más que oscuros muros,
¿qué?
Tortura verse en medio de nada;
no es tristeza,
ni siquiera hay llantos con los que desahogar el alma.
Es un coche aparcado en un vacío sin Luna,
un erial inerte,
una sequía voraz agrietando mis recuerdos,
los que por inolvidables intento olvidar,
pero ya no tengo gasolina;
eh,
las fuerzas no son infinitas a pesar de todo.
Ahora no soy más que un escuálido despojo de versos,
miserias líricas en estado de pánico,
páginas y páginas de poesía chillona en el maletero de ese coche bajo un cielo sin Luna.
Supongo,
que del amor al miedo sólo hay un silencio de distancia.
yo también metro piezo... con la misma piedra
ResponderEliminarun abrazo
Del amor al miedo sólo hay un segundo de distancia...me quedo con esa reflexión para agarrarme a algo cuando escuche ese silencio, cuando me acorrale el miedo...cuando me olvide de que el amor es algo más que palabras...debajo de una sábana.
ResponderEliminarYa tu sabes...benditomaldito...
ResponderEliminarAh! y recomendable 100%
Mua!!
Hay que cambiar las sábanas...
ResponderEliminartirar las viejas... tirarlas muy lejos...
quizás subir montañas y dejarlas allí...tiradas.
Y comprar nuevas, otroas nuevas que las llenen otros seres de distinto perfume.
xxx
Al igual que existen coches sin capó, y muchas veces son los más llamativos y deseados. Haz del tuyo un mar entero de estrellas que contemplar. De esa manera podrás respirar aire puro.
ResponderEliminarTienes toda la razón que del amor al miedo sólo hay un silencio de distancia... ya sabes que el silencio, aunque muchas veces asusta, otras veces es realmente hermoso.
Un abrazo inmenso y sincero, como lo que escribes