domingo, 18 de octubre de 2009

Ratatatatatata

Desde mi escondite en Bélgica, sólo quiero añadir un poco emocionado

¡PORQUE LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA!



Hasta siempre, ¡jugón!

miércoles, 14 de octubre de 2009

Destino: escapar

A las 7:50 sale un avión...

Charleroi
Bruselas
Lieja
Amberes
Lovaina
Malinas
Luxemburgo
Amsterdam
Utrecht
Maastricht
Delft
Haarlem

Mucho a elegir.


¡Hasta pronto!

viernes, 9 de octubre de 2009

Insomnio (I)

5:00 am.

Tumbado en mi cama, con los ojos en el techo, comiéndomelo. Y no, no he tomado cocaína, al menos hoy no. Me siento hipersensible esta noche, todo lo percibo y todo me alcanza, no me deja dormir. A mi alrededor hay oscuridad y silencio, pero cada objeto desprende una luz que sólo yo veo y unos gritos que sólo yo oigo, me atacan la corteza de mi cerebro, punzándola, manteniéndome en un vilo irritante, insoportable. Siento ganas de morder, de golpear, de encauzar mi ira hacia lo que me pueda permitir caer inconsciente unas horas. Morfeo no me acoge y ni siquiera me deja quedarme en las puertas de su reino, bajo su influencia, no; me arroja a patadas, lejos, fuera.


5:15 am.

La calle está desierta, ni siquiera hay gente todavía que vaya hacia su trabajo. Las farolas iluminan con ese amarillo tibio que ni es luz ni hostias, y yo aprovecho la soledad para mear entre dos coches. Los semáforos pasan de rojo a verde, y de éste a ámbar para volver a rojo sin que nadie se guíe por sus indicaciones, por lo que me siento tan libre que camino por el medio de la calzada, arrastrando los pies uno tras otro, sin rumbo. Sin mirar a más de 3 metros por delante.


5:25 am.

Cruzo un puente saliendo de mi barrio, y veo el primer tren de cercanías detenerse en la Estación Central, recogiendo a una docena de don nadies que debieron esquivar mi camino, porque no les había visto. El convoy siguió su camino rompiendo el silencio de la noche bajo mis pasos. Malditos, se creerán desafortunados por despertarse tan temprano...

Ya quisiera yo despertarme.

martes, 6 de octubre de 2009

Piedras

Partido en dos,
desahuciado,
intento recomponerme
pero no encuentro
mis pedazos
por el suelo.

Lamentable estado de nervios,
desquiciado,
intento recuperarme
pero no consigo
una cama
donde tenderme.

Penosas agujetas del corazón,
desangrado,
no intento nada,
no sé hacer nada,
quiero amarte y besarte,
quiero y quiero
pero no puedo,
no llego,
un océano me lo impide,
no de agua salada,
sino de piedras amargas,
ya no estás tú,
ya no te veo
no te siento.

¿Dónde estás?
Quiero saber,
la necesidad aprieta,
mi pecho es estrecho
y no me llega
no puedo respirar,
me asfixio, me ahogo,
arranco las piedras
pero son infinitas,
no hay lugar
que me calme.

Desahuciado, desquiciado y desangrado.
Aquí sigo,
entre piedras.

sábado, 3 de octubre de 2009

Quizá será mejor marcharse...


Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez quizá será mejor marcharse.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tiembla...



Esto ve mi corazón, por todos lados y en todos sitios.

Lugares a donde está vetado el paso, con formas retorcidas, y que le recuerdan sus mejores momentos, cuando otro corazón palpitaba cerca suyo, tan mezclados entre si como 2 alambres. Pero ya no, ahora están oxidados, cayéndose a pedazos por el precipicio del alma, al pozo negro sin fin y sin retorno que es y al que tanto teme.

Tiembla, sigue temblando.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Vértigo

Una vida vacía, así es. Completamente repleta de nada. Hueca. Insípida.

Dejar un abrazo atrás...
Perderlo,
para siempre.
Lágrimas.

Sentimiento doloroso, insufriblemente punzante, casi asesino.

Echo de menos tantas cosas...

¿Quién me las va a devolver?
Nadie sabe hacerlo en este mundo,
no ha nacido aun igual, que frustración...

Doliente transeúnte de cabeza gacha, y orejas mudas.
Cierra los ojos,
no abras la boca,
camina,
no lo olvides nunca,
siempre adelante, con esperanza
aunque no exista.

Fiable el momento,
ninguno lo es,
¿cómo cruzar ese puente? Tengo vértigo,
y se tambalea,
de un lado a otro, de un lado a otro.
Acecha salvaje el peligro, sin cuerda
ni arnés.
Dale, dale
inténtalo una vez.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

No stop

Sentado en un andén,
-cualquiera-
bajo un frío Sol de verano,
no aguanto la luz,
daña mis ojos cerrados.
Despojado de ánimo
escaso de voluntad,
aquí,
espero un tren sin paradas
que debe llegar,
puntual,
y con las ventanas tapiadas.
No tendrá puerta,
más que de entrada,
y en mi bolsillo están,
todos los billetes;
nadie más me acompañará
en este viaje,
sin principio
parto
y sin final
presiento.

Ardo por irme lejos,
más allá de la distancia
que alcanza mi -sin-razón,
que busca y no encuentra,
ni por aquí ni por allá,
el vivir,
de forma acorde y concorde
a mi pálpito interior.
No es latir lo de mi corazón,
es que tiembla,
por marchar.
Pondré kilómetros de escudo,
dejaré todo detrás,
en este lugar caliente,
que deja frío mi interior,
frío que hiela,
que abrasa
dejándome vacío,
sólo esqueleto, armazón.

Eso acarreo en mi viaje,
en este tren,
que dicen no para,
que espero no pare,
que pita y se acerca,
que llega
que llega
que llega
...

lunes, 21 de septiembre de 2009

Donosti (II) Abrazo al mar


Me gustaría tanto volverte a ver...


jueves, 17 de septiembre de 2009

Frío

Al norte y al sur,
mil pasos.
Al este o al oeste,
mil pasos.
Llámalo huir,
o de necesidad morir
sino lo hago.
Ahogado:
¿dónde hay O2?
Lo busco,
y no está,
no aparece
ni Google sabe,
así que yo...
Soy una foto antigua
en un arcón,
amarillenta
y raída,
ansiando salir,
ver la luz del Sol,
entre las nubes
pasar
y alcanzar
donde posar los pies
en este frío criminal
que me asesina
cada día.
Barrotes de hielo
alrededor,
apenas a 2 pasos
me cierran,
y quería mil...
Jodido.
No llego a tocarlos,
queman,
no puedo pensar en romperlos,
ni siquiera mirarlos puedo,
me asustan.
Engordan a cada segundo,
cierran sobre mi
sus paredes blancas,
húmedas
y amargas;
me agarrotan
de pies a cabeza.
¡Quiero escapar!
Dentro de mi,
el grito,
pero fuera:
terror.
Vencer al frío,
a la oscuridad;
desterrarlos de aquí,
o desterrarme yo,
no sé qué será mejor.

martes, 8 de septiembre de 2009

¿Quién da más?

No somos nadie.

Almas nebulosas, grises, con la mirada perdida en un horizonte inexistente, que vagamos meditabundas a toda velocidad por aceras corrompidas de pasos -y palos- de ciego, sin objetivos, sin sueños ni deseos propios.

Todo prestado, todo copiado y aprendido, necesitados de hábitos mal educados, fabricados en lujosos despachos, a la sombra de grandes persianas que tapan grandes ventanales, en grandes edificios que dan a grandes avenidas, donde potentes coches con lunas tintadas rugen sobre el asfalto corrupto de una ciudad mermada, obsoleta e ignorante.

Estamos perdidos, manejados, salen hilos de nuestras muñecas y tobillos, y una soga de nuestro cuello, pero no importa, seguimos dando pasos, creando círculos cerrados de donde no salimos, un dos tres un dos tres, ¿qué más da? Dan Gran Hermano, todos al sofá, que felicidad.

Nada cambia, ni lo hará. Un status quo se apodera de todo y de todos, la revolución es una quimera, pensar en ser diferente no tiene sentido para nadie, esto es un cajón cerrado, y la llave nadie sabe donde está.

Un dos tres un dos tres...


viernes, 4 de septiembre de 2009

Inoperancia

No voy a negarlo, ¿para qué?

Intuía que lo haría, intuía que iba a hacerlo. Tarde o temprano, pero lo sabía. ¿Qué iba a hacer yo? Nada. ¿Qué podía hacer? Nada, no podía hacer nada. Y no me siento culpable, de ninguna manera, ni ahora ni antes. En la vida las cosas no siempre vienen como las queremos, a veces vienen mal dadas y uno no puedo lamentarse continuamente por ello, es lo que hay, y es para todos. Ese era parte de su gran problema, no sabía aceptar la vida, no sabía que no siempre se ganaba.

Además, su habilidad enfermiza para fabricar dentro de su mente películas en la que todo el que le rodeaba salía más que mal parado, era terrible. Era muy difícil estar a su lado, aguantar, todo lo que imaginaba en su cabeza le hacía más y más daño, mucho más que la verdadera realidad. Eso provocó todo. Acabó con él. No lo podía soportar, no podía...

martes, 1 de septiembre de 2009

Recuerda el mar

Tantas capas
en tu piel.
No llores,
se alejó
la cebolla,
huyó tan lejos...
No pienses dónde,
no lo nombres,
ni en francés
ni parecido.

Piensa
-mejor-
en cuando lograste
que el mar,
en supuesta calma,
agitase tu pelo,
revoltoso,
cálido,
creando remolinos de la nada
para ti,
y por ti.

De eso eres capaz,
y más,
no hace falta
pensar,
a veces
con poco basta,
sólo mostrar
tus capas,
infinitas
en la búsqueda de sueños,
en la ambición de alegría.

No hace falta gritar
para ver;
hablando suave,
bajito
y sin molestar,
se entiende todo.

En tu corazón:
llagas.
Pido perdón.
El rumor de las olas
me nubló
y me deslumbró,
si,
tanto (ni yo se)
que no acerté a seguir
el camino
que habías abierto,
hablando bajito,
hasta tu interior.

martes, 25 de agosto de 2009

Russian Red, en concierto

No es la primera vez que hablo de Russian Red, y seguro que no será la última.

Ayer disfruté -¡por fin!- de un concierto en directo de la cantautora madrileña, en las fiestas de Alcalá de Henares y gratuito, además. ¿Qué más podía pedir? Pues que cantara al público los temas conocidos de su primer y exitoso album, que siguen sonando tan sencillos como preciosos, con esa voz tan peculiar y única que hace las delicias de todo el que la ve, y también cantó bastantes temas que vienen sonando últimamente en sus conciertos, y que supongo caerán en el segundo disco que saque a la luz, siempre y cuando solucione los problemas que han surgido con su discográfica, que al parecer han sido un poco piratas con ella...

Aquí os dejo unas cuantas fotos de las que hice anoche, mientras la delicada y de apariencia frágil Lourdes Hernández iba desgranando su bonito repertorio. La calidad no es muy buena, pero tampoco lo era la iluminación del lugar, con lo que tuve que forzar al máximo la sensibilidad de la cámara, de ahí el grano, pero en fin, estas fotos ocupan un lugar privilegiado de mi disco duro, la protagonista lo merece.

(Pinchar para ver más grande)








sábado, 22 de agosto de 2009

Antichrist, de Lars von Trier

Lars Von Trier es, sin duda alguna, de los mejores directores contemporáneos. Eso debería ser su gran mérito, pero es también su gran hándicap, porque Trier sabe que es muy bueno, y quiere ejercer de ello, dejando siempre una huella que, a veces, puede quebrar la enorme calidad de sus películas.

Casi, y digo casi, le sucede en Antichrist. Una película brutal, que sumerge al espectador en un absoluto estado de desconsuelo, ansiedad y dolor, por partes y siempre al gusto de von Trier, que marca los tiempos de una manera extraordinaria, componiendo imágenes de una belleza pocas veces vista (atención al prólogo y al epílogo, ambos de una belleza suprema y al alcance de muy, muy pocos) y atacando al espectador donde más duele, en lo más profundo de su psicología.

Crea dos personajes llenos de matices, con mucha fuerza y personalidad, incluso el propio aspecto de ambos encajan a la perfección en la historia, y aquí Dafoe y Gainsbourg merecen un soberbio aplauso, pues sus interpretaciones son, sencillamente, perfectas. Dos papeles durísimos, que exigen TODO de ellos, física y sobretodo mentalmente, y ahí, ellos cumplen con creces.

Y volviendo al principio, decía que von Trier a veces deja huellas en sus films... Vamos, se le va la cabeza, es un provocador nato y se deja llevar demasiado por esa avasalladora personalidad, queriendo (o pareciendo que quiere) que se hable de él más que de su película. Se ve a la legua que hay dos o tres imágenes (que no escenas) que son de cara a la galería, una mera provocación completamente innecesaria, que no aportan más que eso, salidas de tiesto del director danés, que es un experto en crear polémica.

A parte de eso, creo que es una obra maestra más de este genio y figura danés, que no deja de sorprender al personal con su enorme capacidad para crear imágenes sin igual, e historias profundas y brutales que tocan la fibra más sensible del ser humano. Todo encaja al final, todo se entiende, a pesar de que los estados de shock que pueden producir algunas escenas a veces tapen lo maravilloso que puede ser el cine de Lars von Trier.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Calor

Es verdad.
Qué cómodo dejarlas pasar,
las horas
sin más.
Echar la vida por un sumidero,
que no,
que realmente no traga.

jueves, 13 de agosto de 2009

Diálogo

- ¿Quieres que te abra la cabeza? ¡Joder! ¡Vamos!
- Espera...
- Ni espera ni hostias, ¿acaso me ves con ganas de quedarme aquí contigo?
- Voy...
- Me impacientas, tonto de las pelotas, no ves esto, ¿cuántos centímetros le ves de hoja? Pues imagínatelos cuando te los meta por el puto culo que tienes, te doy medio minuto.
- Imposible, imposible...
- ¡Me cago en Dios y en San Pedro!
- Si seguimos así, no continúo.

(silencio)

- La madre que me ha parido, la madre que me ha parido... ¿Por qué me pasa esto a mi? ¿Por qué? Es que... ¿tengo mala cara? ¿o cara de tonto?
- No, para nada...
- ¡Calla de una puta vez! No me tomes por imbécil porque te enchufo el cuchillo, ¡te lo enchufo!
- Yo bajo presión no puedo, es que no puedo, no lo digo más.

(silencio)

(silencio)

- Me corto las venas, ¡me las arranco de cuajo! Tú... Tu me quieres volver loco, ¿verdad?
- Nada más lejos...
- ¡Que te calles!
- Pero...
- ¡La virgen! Coño, que cierres la boca, que te metas la lengua debajo de los calcetines, que no hables más porque porque porque... Es que no respondo, ¿eh?
- No sigo.

(silencio)

(miradas)

- Si, no sigo. Haz lo que quieras conmigo, pero yo no sigo, aquí te dejo todo esto.
- Es una broma, si, no puede ser otra cosa, ¡¿pero me estás tomando por tonto o qué cojones te pasa a ti?!
- No me pasa nada, pero es que...
- ¡Es que te mato! Te lo juro, te mato, te atravieso con el cuchillo y te hago trocitos, no me tientes que no me corto, como dejes eso ahí... que no... no lo dejes... que...

(silencio)

- Lo has dejado...
- Ya lo ves.
- Lo has dejado, ahí... Así, sin más.
- Ajam.
- Lo has dejado.

(miradas)

- Lo has dejado... ahí... lo has dejado.

(miradas silenciosas)

- Tú... ¿tu no tienes miedo?


lunes, 10 de agosto de 2009

jueves, 6 de agosto de 2009

La sonrisa de Dasha (III)

Viene de...

Sentado en la Plaza Roja, es lastimoso ver la caída de la tarde. El tráfico es exclusivamente militar, los soldados van de aquí para allá, los caballos tiran de carros repletos de armas… La gente que aun no se ha marchado o no ha sido evacuada está en las calles, paseando bajo los castaños y arces, respirando el polvo levantado por el húmedo viento del oeste, que se ha unido al sofocante calor para hacer de los días infiernos.

De repente, algo se me cuelga de la espalda suavemente, dos bracitos me rodean el cuello. “¡Dasha! ¿Qué haces aquí, mi pequeña?” Se sienta a mi lado y me da la mano, contempla el triste espectáculo que las preparaciones para la guerra ofrecen. Aprieta mi mano con fuerza, seguramente confusa y asustada. “Los Gólubev se han marchado, también.” Procuro que no se note el temblor de mi corazón, de todo mi interior. “No puede ser…” pienso, “¡no puede ser!”. “Papi, ¿no dices nada?” Niego con la cabeza. Nada podría decir.

Pasan minutos, muchos, sin moverme. Dasha sigue ahí, y es lo único que me da fuerzas para no salir corriendo hacia el este, para abandonar la ciudad. “Papá”, giro la cabeza hacia ella, saliendo del trance. “Volvamos a casa, mamá se va a preocupar.”

martes, 4 de agosto de 2009

Italia (I) Todo camino vale



En Italia es así, y no sólo llevan a Roma, llevan a toda clase de maravillas. Cualquier callejuela, por oscura, estrecha, poco transitada y retirada que parezca, te puede sorprender con un vasto palacio, una pequeña iglesia, un museo, una cálida trattoria y un largo etcétera inacabable, tanto como la belleza de las ciudades que he podido conocer.