martes, 25 de noviembre de 2008

Sufrimiento

Hugo se percató del cruce de miradas, y le tembló el pulso. Se fue a la cama cabizbajo, a sabiendas de que esa noche no podría dormir, como otras tantas noches que se repiten con cada vez más frecuencia. Se arropo hasta los ojos y esperó.

Esperó hasta que oyó caer un cubierto al suelo y entonces se asustó.

Se acurrucó lo más que pudo y apretó fuertemente la manta contra su rostro. Miraba fijamente la puerta de su habitación, que no veía en la oscuridad, y le invadió el frío. No se acostumbraba.

Oyó romperse un vaso, y empezó a sentir como le temblaban las manos.

Una lágrima recorrió su mejilla, pero Hugo no se movío. El temblor tomó posesión de su cuerpo. La tensión le atenazaba por completo y el miedo le tenía paralizado. Nunca se acostumbraría.

Oyó varios gritos y golpes, y las lágrimas afloraron en tromba, silenciosas.

El pánico que sentía creció, y no aguantó más en la cama y saltó hacia la puerta. Quedó pegado a ella, escuchando aterrado y echó un manojo de nervios lloroso, hasta que pararon gritos y golpes.

Oyo el silencio, y se sorprendió.

Quedó inmóvil de nuevo, petrificado junto a la puerta de su cuarto. Se acercaban unos pasos y corrió de nuevo a la cama. Se abrió la puerta y entró una sombra a trompicones. Llorando, se acercó a Hugo y le abrazó. Tenía las manos llenas de sangre.

-Hijo, no podía más- afirmó entre lloros la sombra.
-Te quiero, mamá.

5 comentarios:

  1. Bum!
    Nunca me he atrevido a escribir sobre esto, me da miedo tratarlo... no sé. En fin, me ha gustado, mucha sensibilidad.

    Muas!

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  2. y volvere a ver el cielo y tu
    estaras diez metros bajo el suelo.

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  3. actualizo el final q me faltó una cosa importantísima... perdón! jajaja

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  4. Ahí está!!!!!!!!!!! la puñetera publicidad!!!!!!!!!
    lpn.zed.com

    horreur!!!!

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  5. Isra, que fuerte, leer el final me erizò por completo. Aqui en Montevideo justamente el sàbado estuve en una movida de murgas a beneficio de una O.N.G que ayuda a madres e hijos en situaciòn de violencia domèstica. Te jugaste con este post y lo cierto es que me encantò, tan bien transmitido todo. Un besote, Vero.

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