y desarmado yo,
lucho,
lucho
con la fuerza que me dan tus ojos;
la rabia me enloquece,
y embisto
muros invisibles;
golpeo los barrotes que me rodean,
irrompibles,
y lucho,
impotente,
desquiciado,
decepcionado;
pero lucho,
contra nada,
una nada que crece ante mi,
poderosa,
y yo contra ella
lucho,
lucho
con la fuerza que me dan tus ojos,
asesto golpes inservibles,
¿me ves?,
siento que me rompo,
pero mis últimas gotas de sangre
caerán,
frente a ese muro invisible,
porque no tengo toalla que tirar,
lucho
porque quiero luchar,
lucho
con la fuerza que me dan tus ojos;
insistiré,
en este combate
donde la victoria no me espera,
pero yo la busco,
la buscaré,
mientras tanto
lucho,
lucho
con la fuerza que me dan tus ojos.
Muchas gracias por visitarme!
ResponderEliminarQue pases un finde soñado y hasta el lunes, guapo!
BESOTES.
Con esa fuerza todo es posible.
ResponderEliminarLo que pueden unos ojos...
Saludos.
Y hay que seguir luchando...
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