miércoles, 4 de agosto de 2010

En la noche

Y las palabras retumbaban en su cabeza como un martillo en el yunque, vigorosas y constantes; le absorbían cualquier otro pensamiento y le sumían en un estado de desesperación. Su ansía voraz de expresar los sentimientos que habían anidado en su interior era mayor a ninguna otra cosa; le obsesionaba que supiera, que entendiera el porqué actuaba así, la mera idea de perderla le resultaba insoportable, pero no quería tener que arrepentirse de no haber entregado hasta la última gota de aliento.


Andaba en la noche, meditabundo, cabizbajo, ni un alma en las oscuras calles de su nuevo barrio. Sentía que esas calles eran suyas, pero él quería su boca, sus ojos posados sobre los suyos, sus manos, no soledad y oscuridad sobre el asfalto. De continuo imaginaba lo que podía ser y no era, suspiraba y buscaba su delicada silueta en cada esquina, soñaba el encuentro prohibido, el abrazo infinito, la brutalidad de sus lenguas engarzándose en una espiral que los enfilara hacia el abismo más profundo de la pasión, donde sus cuerpos pelearan entre sábanas revueltas y gemidos desgarrados por la felicidad.

Y lo peor de todo es que sabía que casi todos los elementos jugaban en su contra.

1 comentario:

  1. Totalmente absorbente y desesperadamente lúcido. Congrats, man. Veo que BsAs te está sentando de maravilla, prometo darte la aportación a base de birras!!

    Un abrazo

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