Es tarde, tardísimo;
y cada vez más lejano
padezco
-en pecho, ojos y manos-
la cruel sensación
de desequilibrio y mareo
ante la realidad que irradia el presente.
Insomne y exhausto,
con la mera compañía del teclado que percuto con la ansiedad de un enfermo sin cura,
con ella dentro metida,
abierta mi piel de par en par
y sangrante;
ciego de ver sus ojos,
de admirar el contorno de su figura (mil veces recorrida) vetada,
manco de negar una caricia que me abrasa,
de rozar "accidentalmente" el pelo que ahora se me prohibe revolver.
Negado el gusto recurro al olor,
el mareo aturde y aspiro más fuerte,
convencido,
anestesiando el dolor si te respiro,
cojo aire,
mis venas bombean metralla
a mis pulmones,
invencibles, irreductibles,
mientras yo (mis restos)
reducido a la mínima expresión por las luchas de mi interior,
chapoteo en el inmenso océano de la -imbécil- esperanza.
Es increiblemente bueno... lo puedo sentir porque lo he sentido tantas veces... pero siempre terminaba en fuego...
ResponderEliminarsiempre en fuego...
Y no, no es tarde para relarmerse...
para volver a intentarlo...
siempre que sea amor...
Besos Lindooooooooooo
"manco de negar una caricia que me abrasa"
ResponderEliminarwow