miércoles, 23 de diciembre de 2009

Piedras

- Follas bien.

Me miró. No entendía mucho español, pero si el suficiente.

- Soy puta.
- No lo jures.
- ¿Qué?

Me encendí un cigarrillo, formé anillos y los miré hasta que se disolveron en el viciado aire de la habitación.

- No te voy a pagar.
- ¿Qué?
- Ésto si lo has entendido.
- ¿Cómo que no pagar tú? Yo follar, tú pagar. Ese es trato.

Estaba claro, no entendía nada. Nada de nada, como tampoco entendió que la pegara un bofetón, que me pusiera los pantalones mientras la miraba de manera amenazadora y lo que dije:

- Confórmate con que no te mate.

Lloriqueaba asustada, le sangraba la nariz. Quizá fuera la coca, pensé para no sentir demasiado cargo de conciencia. Me pondría una raya, pero no es el momento, hay que saber mantener la cabeza fría a veces.

- La última se tuvo que conformar con menos.

Se encogió todo lo que no se había encogido mientras follábamos, la verdad que daba un poco de pena, pero no podía permitirme desperdiciar la pedrea del sorteo de Navidad, los podía aprovechar en invitar a mi mujer a cenar mañana.

3 comentarios:

  1. Hay que tratar bien a las señoras que proporcionan placer y hacerles entender que la gratuidad es la mejor obra de caridad posible.

    Un abrazo

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  2. jajaja....quiso salir a celebrarlo pero al final se lo pensó eh? jaja
    Yo es que me pegaría una cena como un dios y luego una fiesta en honor a Baco...jaja
    Saludos

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  3. Yo es que borracha no pienso con claridad... mañana... o pasado...

    un beso Lindo.


    :*

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