Y frotaría su piel hasta enrojecerla.
Sin esponja, serían mis manos las que abusarían de la suavidad de esa crisálida que envuelve la fuente de mis insomnios. Las burbujas irían y vendrían surcando senderos abiertos por mi lengua, ardiente del sabor dulce de su ser, infinito.
...hay un cuentecito japonés donde EL, en una bañera rectangular de madera, baña a ELLA también con sus manos... había burbujas, y deseo, mucho deseo, creo que por eso me recordó.
ResponderEliminarN.I
ummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
ResponderEliminarMuy lindo! Si te gustan los microrrelatos te recomiendo www.cuentosymas.com.ar
ResponderEliminarahí hay un montón y son todos geniales!