- Así que se va a Hollywood.
- ¿Por qué?
- Sólo me lo preguntaba.
- ¿Te preguntabas qué?
- ¿Por qué?
- ¿Por qué, qué?
- ¿Por qué tiene que irse allí?
- No es que deba, es que quiero.
- ¿Es por el dinero?
- El 80% se me irá en impuestos.
- Entonces, ¿por qué? Cuando es el director joven con más éxito del teatro.
- El teatro, ¡el teatro! ¿Dónde pone que el teatro exista sólo en unos feos edificios apiñados en dos kilómetros cuadrados de Nueva York? ¿O de Londres, París o Viena? Escucha, jovencita, y aprende. ¿Quieres saber que es el teatro? Un circo de pulgas. También es ópera y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales, guiñol, un hombre orquesta: todo es teatro. Donde haya magia, fantasía y público, hay teatro. El Pato Donald, Ibsen y el Llanero Solitario. Sarah Bernhardt y Poodles Hanneford, Lunt y Fontanne, Betty Grable. Rex el caballo salvaje, Eleonora Duse: todo es teatro. No los entiendes a todos. No te gustan todos. ¿Por qué iba a ser así? El teatro es para cualquiera, incluida tú, pero no en exclusiva. Así que no lo apruebes ni desapruebes. Quizá no sea tu tipo de teatro, pero , en algún sitio, para alguien lo es.
- Sólo he hecho una sencilla pregunta.
- Y yo me he disparado. Nada personal, jovencita. Es sólo que hay tanta tontería en este camerino de marfil al que llaman teatro que a veces se me atraganta.
- Pero Hollywood… No debe quedarse allí.
- No es más que una película.
- Muy pocos vuelven.
- …
- Leo a George Jean Nathan todas las semanas.
- También a Addison Hewitt.
- Todos los días.
- No hacía falta que me lo dijeras.
Eva al desnudo, de Robert Mankiewicz